EL AMOR AL GURU
       
            
"El amor nos rinde, nos somete,
nos vuelve sirvientes y esclavos"
 
Ese es el poder del amor".
  
  
  Srila Atulananda Acarya 
 

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Comentario Analítico de Magda Kraw, sobre el ensayo

  PASEO POR EL INTERIOR DE LAS SECTAS 
© Guzmán Marín.  Madrid 1999


La gente necesita transferir sus más íntimas emociones y anhelos así como depositar su fe en otro ser a quien ver desde "su niño interno". 

Alguien "superior" en quien confiar y seguir su ejemplo. Ello es una necesidad humana que contribuye a  la elección iutra-consciente de un
Guía, Guru o Maestro Espiritual. 
Así se van idealizando diferentes personajes como: el padre, el profesor, el héroe, el artista preferido, etc. a  quienes rendir tributo y tener como ídolos. 

La mayoría se hace religiosa cuando se percata de que las anteriores figuras carecen de poder, y prefieren otorgárselo a otras tales como imágenes de madera o arcilla colocadas en un altar y no, a un émulo tan humano como el que más.  Como servir y adorar es una necesidad intrínseca del SER, la misma también presupone la adoración a un santo, volverse su devoto y esperar del mismo protección y clemencia pero...


¿por qué no elegir a un santo vivo, en  vez de esperar su canonización después de muerto para venerarlo en un altar? 
           
 Muchos inconscientemente se hacen esta pregunta y se inclinan a desear el encuentro con un Gurú que les ayude a "purificarse" porque muchas veces los ídolos de la tradición no resultan muy eficases.  
"La fe mueve montañas" y "cuando el discípulo está listo (en virtud de su deseo) aparece el maestro".

    Al respecto el autor Gusmán Marín explica: 
          

   GM: “La llegada de los gurús a nuestra sociedad fue favorecida por la incapacidad de las religiones occidentales para hacer vivir intensamente a sus feligreses su propia divinidad.  Todos estábamos convencidos de que para ser santos había poco menos que ser mártires.  Han sido los ciudadanos occidentales sedientos de dios quienes han abierto las puertas de nuestra sociedad a estos "maestros espirituales”. “La mayoría de los gurús nos ofrecen ―sin pedirnos martirio alguno ― la oportunidad de sentirnos santos, aunque sea temporalmente.  Todo un regalo, una "experiencia inolvidable". " 
Un cambio revolucionario en nuestras creencias, un mazazo a las dogmáticas realidades virtuales espirituales a las que estamos acostumbrados en Occidente.  Los gurús nos han venido a demostrar que la santidad no es una exclusividad de las religiones dominantes, y que cualquiera puede aproximarse a ella sin padecer dolorosos martirios".  
  

 Es de suponer que el Gurú no va a pedir semejantes martirologios, pero sí algunas privaciones y austeridades como pruebas de devoción y lealtad.
Dichas pruebas están supuestas a "fortalecen la voluntad" y ayudar a expresar el amor
reprimido por no haber existido antes objeto amoroso alguno digno de ser depositario de la intimidad espiritual. En este sentido la presencia del Gurú fomenta el esfuerzo por alcanzar cierto grado de sanidad del alma. Esperamos que él nos comprenda y siempre se ama a quien lo hace, por eso surge el amor al gurú.  En fin, es mejor amar a alguien cuyo corazón late y se regocija en la "contra-transferencia afectiva;" (fenómeno psicológico bien conocido en psicoanálisis) por lo tanto – a falta de otros amores,  el más apropiado es el Gurú; alguien especial cuya aparición se traduce en el cese del conflicto entre "ser o no ser"  o "amar o no amar."  
  
Un gurú es (figurativamente) una suerte de psicoterapéuta que intíma con su discípulo en términos espirituales y le provee de herramientas para manifestar su devoción y vivenciar su propia divinidad. 
  
Para un niño pequeño su gurú es el papá, quien en el caso de una niña pasa a ser el primer hombre amado; su natural feminidad le atrae hacia la figura paterna que la hechiza de un modo diferente a como ocurre en el varoncito. quien se ve a sí mismo alcanzando el potencial del objeto de su idolatría. De cualquier modo para ambos sexos la figura paterna es el ejemplo vivo, el guía y el maestro, por lo que un padre fallido o ausente, creará las condiciones básicas para la búsqueda de un Gurú en la adultez.

  
La afinidad entre el Gurú y el discípulo ocurre sin que ellos mismos se percaten de sus razones y comienza el "romance" que hará del discípulo un fiel seguidor de su maestro, el cual viene a sustituir la supremacía del padre. Semejante idilio se manifiesta similarmente en un paciente que ha reprimido mucho sus traumas psicológicos y de repente encuentra al psiquiátra, psicólogo o psicoterapéuta (el gurú juega este papel) en quien volcar el cúmulo de los íntimos sentimientos. Los sacerdotes confesores de cierto modo son Gurús, pero la relación con los filigreses es menos directa debido al alto grado de intimidación que implican los pecados a confesar y la ejercida por el temor al castigo. 
  
 El significado de la palabra sánscrita guru, "el que hace desaparecer o quita la oscuridad (gu=oscuridad; ru=desaparición) y por lo tanto representa a un SER que penetra y limpia de ignorancia (oscuridad) el SER de su discípulo y le orienta disipando sus dudas y temores.

Porotro lado él "no es otro que ese vector que lleva a la comprensión de lo inaccesible de la subconciencia a la consciencia. Llega abriendo las puertas a la supra-consciencia; descorre los velos que impiden ver la luz de la propia esencia divina que ha permanecido bien cubierta desde que en la niñez se comenzó a perder el candor".
Es supuestamente quien se presenta como el amado que hemos esperado y  soñado. 
  
Si la figura paterna no se erigió en la subconsciencia como alguien respetable y venerable a quien obedecer con ceguera, y a quien darle incondicionalmente el amor del alma, vendrá inevitablemente el Gurú a sustituirla, porque lo hemos creado de antemano con el deseo insatisfecho por lo magnánimo.

Una vez vislumbrado en nuestra imaginación sin haberle visto físicamente, (como lo habíamos hecho con Dios, algo supremamente respetable y dador de protección paternal) le damos exactamente esa connotación para manifestarlo en nuestras vidas

  
Es imposible imaginar a Dios, como tampoco al amor, ni a ningún otro sentimiento; solo se pueden sentir los efectos de su precencia; el amor afecta proporcionando étasis y la presencia de lo divono también, por eso caemos en el error de confundir la infatuación respecto al Guru con lo divino que no está fuera de nosotros mismos.

 El autor Guzmán Marín explica:

GM. "...con la misma mística en que se presenta la atracción amorosa entre un hombre y una mujer, surge la atracción hacia el Gurú quien viene a suplir todas nuestras necesidades espirituales y a llenar nuestros vacíos". 
  
 Sentir amor es el mayor de los bienes y este hombre (casi siempre lo es) nos proporciona la oportunidad para abrigar ese sentimiento de pureza y entrega que pocas veces llega a concretarse a plenitud, ya que los hijos, las parejas, los amigos y hasta las mascotas podrían decepcionarnos. "El gurú no"; porque está idealizado como una extensión de Dios y Dios nunca falla.  
En él se depositan las virtudes que no somos capaces de exhibir por pudor y miedo a ser tildados de idiotas, o embusteros, en él depositamos la humildad, la ingenuidad, el candor, y todo lo que es contrario al sentido de competencia y orgullo que nos enfrenta a otros EGOS. 
  
La aceptación de la propia divinidad deviene del contacto con alguien que aceptamos como cercano a ella, puro y confiable añ cual regalar los sentimientos más nobles que tenemos guardados. Este simple hecho constituye el paso decisivo hacia la propia santidad que al fin se experiementa reflejada en el Gurú. Ello se denomina en sanscrito Sadhu Sanga.
  
 Ahora bien: ¿qué siente el gurú?, ¿es ajeno a las emociones que despierta, a los sentimientos que se le profesan?, ¿es un engañador aprovechado que usufructa de sus adoradores? ¿es un ególatra que se nutre del servilismo de otros? ¿se averguenza de su posición patriarcal? ¿se enorgullece y vanagloréa de ella? ¿se arrepeinte y aburre de tanta pleitesía? o ¿se realiza a sí mismo aceptando su propia divinidad vista y aceptada por su discípulo, que se santifica igualmente en esa unción?  


Al parecer el Gurú siente intensamente el amor de quien decide aceptar como discípulo y éste a su vez se transforma en el receptáculo donde reviertir el preciado líquido de la energía amorosa que hay en su fuente. El gurú  "es un ser realizado en la experiencia amorosa y la multiplica y diversifica en cada uno de sus devotos, la divide entre ellos y la suma a su amor infinito. El amor del Gurú puede ser de diferente “color” y “forma” en cada discípulo, como lo son las flores. El asume vivencialmente al supremo e inalcanzable que representa ante los ojos de su discípulo y proyecta mediante la expansión de su amor, todo lo que es capáz de sentir en sí mismo. Por lo tanto el Gurú es el amante perfecto que impregna de amor todo lo que hace y dice para extasiar a su amado o amada (el devoto). El se recrea en cada discípulo con un sentimiento de regocijo y bondad muy lejano a la vanidad orgullosa del que gusta de lisonjas y adulonerías. Lo que el Guru anhela es excactamente lo que su discipulo le prodiga: amor puro,  y es receptivo y recíproco al respecto". 

Guzmán Marín ha dicho:
 
GM: “Los amantes,- ya sean una pareja normal o un Gurú y su devoto- viven un amor exclusivo,
 se aman aparte de todo lo demás...”  “es necesaria la exclusividad del amor en los amantes, ya sean los carnales hembra y macho o místicos gurú y discípilo.  Es necesario marcar bien su territorio de amor, su realidad virtual particular, para que en este mundo, -de carestías amorosas y de ladrones, nadie venga a robarles su preciado tesoro; por ello, el instinto de territorialidad y de posesión de los amantes es una pasión muy fuerte.  Nadie puede entrar en el territorio sagrado de su pasión amorosa excepto ellos dos”. 


 Muy interesante este planteamiento de GM, ya que en ocasiones ello se verifica en ciertos aspectos revelados por el Gurú al discípulo que son de su sola incumbencia, toda vez que su relación pre-supone intimidad y ello implica exclusividad y fidelidad absoluta. De otro lado un Gurú genuino no intenta adiestrar en situaciones extrañas o mágicas, por el contrario se deja llevar por el fluído intuitivo de su comunión con lo divino y transmite estos sentimientos al discípulo que dócilmente lo acepta. 

 Como expone el autor Guzmán Marín p
robablemente estos Gurús "han dado por cierto lo que predican, y así lo transmiten en medio del gran amor que los invade", porque han asumido un papel paterno; su misericordiosa forma de ver a los discipulos como indefensos seres sedientos y hambrientos de ternura, les hace arribar a la certeza de que fuera de sus doctrinarias orientaciones aquellos "no hubieran alcanzado nunca" la felicidad de sentir semejantes sensaciones de beatitud

 
Sin embargo, ese personaje a quien se le tributa el homenaje de la devoción, es únicamente un ser humano con nuestros mismos trazos de divinidad, y nuestros defectos y virtudes, solo que éstos han exacerbado lo virtuoso de sus vidas (o pretender hacerlo) por medio del avance espiritual logrado, que a su vez atenúa y desvanece los anartas (defectos naturales del carácter)

Los que se someten y rinden a un Guro al ser incapaces por si mismos de experimentar la magnificencia, rigor y atractivo de algo superior en el ánimo, lo transfieren al Gurú mediante su propia fuerza mística; le adjudican atributos para extasiarnos en 
él, por él y a través suyo, extasiados adorándolo a él como extensión de la  divinidad personal que no se alcanza a divisar sin la presencia ajena. 

Esa idolatria no es adulación hipócrita si el discipulo es sincero; la doración a su guro es fluído del corazón y  placentera asimilación de lo sublimemente puro, sin contaminación con otras vibraciones mentales; pero el discípulo sin percatarse de lo grave del asunto se va haciendo cada vez más servil a quien ya se ha transformado en su amo y señor. Su servilismo está contaminado con una especie de resentida resignación a la inferioridad, pero cree que el "servicio" que se brinda al Gurú, es tributo, ofrenda, y entrega desinteresada y para su mente obnuibilada no implica humillación sino lo contrario. Servir al Gurú lo engrandece y a su actitud sumisa y abyecta le adjudica sentimientos de realización en algo superior que no es sino arrogancia disgfrazada de una actitud "servicial".
 
El Guru “profesional” que como modus vivendi se ha convertido en guía de una comunidad religiosa o "espiritual" no puede limitar su amor a un solo ser – como lo haría un enamorado o enamorada - él debe (y se le exije) mantener un gran “harem espiritual” con cientos de personas que le reclaman atención y le sirven sirviéndose de su auspicio. Este particular pudiera transformar su amor en una sustancia menos mística, al verse obligado a repartirse por igual en circunstancias desiguales,  como lo haría una ramera que debe fingir a sus clientes un placer que está muy lejos de sentir.  
De ese modo "la santa unión que el Gurú llega a vivir en presencia de sus rendidos devotos, dejaría de ser fidedigna frente a los adulones y serviles en cuya falsedad se puede disolver la arrogante actitude de quien cree haber alcanzado el paraíso en la tierra. Su pretendido servicio no sirve de nada ni para nada.

Del fidedigno Guru fluye algo que seduce solo a los que le aman espontanea y dulcemente. Se trata de una energía que envuelve y cautiva a los que llegan a vivenciar que aman de una manera desinteresada y honesta sin alardes.
 


GM dice: “Todo amor es íntimo y personal" . 

El amor de un  hombre por cada uno de sus siete hijos, por su esposa, por su madre, su padre, sus cinco hermanos y por su perro y su gato se manifiesta diferente. En cambio el de todos ellos hacia él, - si es auténtico - será el resorte para que el suyo permanezca vívido y sincero, aunque tenga diferente matíz en cada ser amado. Si alguien no se ha enamorado nunca y solo ha experiementado atracción sexual a un nivel burdo, será incapaz de creer en la extraordinaria fusión que se manifiesta entre enamorados genuinos y no podrá explicar el éxtasis de las poderosas sensaciones “transorgásmicas”solo atribuíbles  a amantes se se hayan rendido totalmente el uno al otro en una entrega carente de lascivia y egotismo. De igual forma, el soplo místico que envuelve a esas almas gemelas que son el gurú y su discípulo, solo podría ser  l i m i t a d a m e n t e  comparable al arrobamiento, la ternura y la plenitud que invaden a una madre y su bebe recién nacido
 
Al respecto GM. afirma: 
 
GM. “Toda experiencia de santidad conlleva el sello de la verdad.  Una sensación de estar viviendo en lo auténticamente cierto embarga a quien experimenta la atmósfera sagrada.  Probablemente sea la vivencia de infinitud que conlleva toda aproximación a lo divino lo que produzca la impresión de verdad, de algo imperecedero.  Esta sensación de estar viviendo una realidad más auténtica que la que vivimos a diario es la que fanatiza a los místicos y les hace luchar por ella, pues cuando la pierden no se llegan a sentir tan vivos como cuando la tienen.  y esto no sucede porque se les haya convencido de que esa es la verdad, como se cree popularmente, sino porque así lo están sintiendo. No es una realidad cierta porque sea convincente en un nivel intelectual, la verdad mística es silenciosa, no enarbola argumentos que pretendan engatusar a nadie, otra cosa es que los individuos lo hagan, pero ella es verdad por sí misma, su certeza se siente sin necesidad de argumentos que la apoyen; es como si poseyéramos una intuición que la reconociera.  Las personas que hemos experimentado en nosotros este fenómeno sabemos de lo que estamos hablando, aunque para quienes no lo hayan vivido les resulte incomprensible”, en ,otro párrafo de su libro, PASEO POR EL INTERIOR DE LAS SECTAS, abunda:
 
 
 GM
 
“Tener una vivencia de la verdad absoluta no quiere decir que también sea una verdad absoluta el método que se utilizó para alcanzarla” “La experiencia de lo sagrado se puede obtener por caminos muy diferentes; sin embargo, en casi todos estos caminos se pone el cartel de “único camino al cielo”  “En el caso de los Gurús, muy pocos se libran de caer en la tentación de promulgar como la única verdad absoluta lo que ellos enseñan y el método que utilizan, mas sus discípulos están encantados de que así sea; su percepción de la verdad absoluta así lo confirma
. "No puede haber error.  La experiencia de la verdad no deja lugar a dudas...."  ¡El plato está servido!  "Dios lo avala".   “¿Cómo nos va a engañar nuestro maestro que está tan lleno de Dios y con tanta facilidad nos lo hace sentir?”  Argumentos como éste ciegan el entendimiento de los devotos, borrachos de los "elíxires sagrados" que su maestro les proporciona”.  
     
Y yo añado: ¿esa ebriedad a que se refiere el autor, denota que "se está realmente en presencia de un transmisor de la verdad revelada", o simplemente ante un encantador de serpientes?" ¿Puede un Guru verdaderamente iluminado y carente de EGO competitivo, vilipendiar a otro Guru, solo potrque sus ideas sobre Dios y el modo de exponerlas difieren del suyo? 

 ¿Es genuino el Guru que somete al discípulo y acepta sus reverentes genuflexiones y su indigna mansedumbre?   ¿es menester que el discipulo coma las sobras de su maestro para profesarle amor? 


Gusmán Marín   define la cuestión de la manera siguiente:

  GM: “No puedo definir los métodos que los Gurús genuinos utilizan para acercarnos a Dios con tanta facilidad. Sus secretos didácticos están enraizados en su cultura milenaria, son transmitidos directamente de los maestros a los discípulos (Pramparam) elegidos que más tarde serán nuevos Gurús.  Digamos que el trono de su reino virtual espiritual tiene garantizada de esta manera la sucesión”.   

GM: “Sus enseñanzas son iniciaciones que nos abren las puertas a nuestros mundos interiores de la más exquisita espiritualidad.  No es de extrañar que a los gurús se les entregue la vida.  Muchos de ellos son capaces de recibir el alma hecha polvo de cualquiera que se la entregue y devolvérsela renovada, incluso en un estado mejor que el mejor estado conocido por el devoto.  Y esto lo digo por experiencia”

GM: “El ignorante occidental sobre estos temas, que observa el fenómeno devocional hacia los gurús desde afuera, le da la sensación de que se trata únicamente de una fuerte auto-sugestión engañosa “En nuestra cultura utilizamos demasiado a menudo a la palabra auto-sugestión para explicarnos aquello que no nos podemos explicar...” “...  tampoco estamos dejando de hablar de las fuertes vivencias que se experimentan por estos mundos de dios.  Respirar cualquier atmófera sagrada no es una broma, y los gurús saben muy bien trabajar la alquimia necesaria para hacernos respirar la atmósfera divina”.    

GM: “A simple vista, en muchos casos, no le exigen a los discípulos nada extraordinario para que puedan experimentar a su dios particular.  En ocasiones, a modo de ejemplo, puede tratarse de repetir el nombre sagrado de la divinidad adorada: una palabra suelta repetida hasta la saciedad puede hacer que el discípulo experimente una aproximación a lo divino, lo que no le dejará lugar a dudas de que está en el único camino correcto; aunque el gurú del ashram de al lado esté haciendo experimentar otra aproximación a lo sagrado a sus discípulos invocando a otro dios con nombre diferente”.   

Como se infiere, no es a otro Dios, sino al mismo visto con los ojos de otra cultura o perspectiva y mencionado en otro léxico, explicado por otros medios y asimilado de una forma diferente. 

       GM:“ Recordemos el cuento del elefante, cada aproximación a lo sagrado nos puede hacer sentir diferentes aspectos de la divinidad, habitualmente interpretado como una aproximación a un dios diferente.  En cada ocasión que yo he tenido oportunidad de revivir mi contacto con lo sagrado, en circunstancias diferentes, con maestros o en sectas diferentes, nunca ha sido igual.  Digamos que lo divino siempre lo he podido sentir, pero sus matices variaban según las circunstancias.  (Sucede como cuando nos enamoramos varias veces a lo largo de nuestra vida de diferentes personas: con todas ellas vivimos el amor, pero en cada una de ellas con matices diferentes).  Si la experiencia divina se compone de diversos factores, como hemos comentado anteriormente, estos factores se entremezclan entre sí de forma distinta de tal manera  que en unas ocasiones, bajo la enseñanza de un maestro o bajo la doctrina de una enseñanza religiosa, sobresaldrá por ejemplo la paz, en otras la belleza, en otras el conocimiento, en otras el equilibrio interior, en otras la seguridad en sí mismo...” 

Por consiguiente: Cuando el amor por el Gurú se instala en el chakra del corazón, la sola presencia del vehículo amado lleva al amor y Dios es AMOR, (eso nadie lo duda) y el Amor es Dios manifestado en el alma enamorada. 

El gurú que ha adquirido por sucesión discipular la capacidad de seducción - como sugiere GM - obnubila la mente del devoto, el cual queda infatuado por su maestría  y no por ser vehículo para el alcance de lo estrictamente divino. El se presenta (tal como en la sucesión papal de la iglesia católica) "como  manifestación carnal de la amorosa expansión de Dios".   


Expertos en este arte y habiendo estudiado sinuosas técnicas psicotrónicas, saben que: sin el amado ser carnal (ya sea el amante que anamora, el recién nacido hijo que encanta, o el gurú que sustenta (expresión mística del amor sutil desprovisto del elemento animal e instintivo que hace a la madre amar al hijo, o el sexual que hace ver en el amante la gratificación erótica), el AMOR yace profundamente dormido hasta que la voz de ese SER (el Gurú) es capáz de despertar aquello. "Aquello"; lo intangible, lo expansivo, lo supremo, atractivo, e inalcanzable; lo invisible e inaudible, inconmensurableinimaginable, solo es visto, oído, o tocado a través de la presencia física (pre-esencia) del objeto amado que solo es una expresión objetiva del supra-objetivo, subjetivo AMOR que comienza a derramarse y personificarse.  

 El fundamentalismo personalista de este tipo de creencias se comprende mediante la conscientización de la supouesta personalidad de Dios, revelada tan pronto como se siente amor hacia un individuo al que se adjudica la posición de un santo al cual adorar en vida. 

  Comenzar a amar a un simple "alguien", es en sí mismo un acto de iniciaciónen el ascenso hacia lo supremo, solo porque se deja que el Ego se desvanezca y lo divino aflore. En este caso el Gurú y el ícononos transportan hacia lo divino que subyace en la consciencia haciéndonos creadores del milagro de la unción (Yoga) con el magno creador que de hecho hemos sido siempre

Obviamente un santo mítico, inexistente físicamente, que solo se ve en una estampa o estatua, no puede retribuir materialemente, pero el devoto pide y hasta exige de él favores y milagros, que deben producirse en virtud de la simple
“ley de atracción” que funciona por inercia igual a la “ley de gravedad”, sin que la ocurrencia del hecho sea emanada de la “mano santa del ícono”. Sin embargo por la propia fuerza de atracción generada en medio de la fé, ésta se acrecienta y crea el hecho milagroso.  Un verdadero maestro avatárico como lo fue Jesús de Nazaret, o el actualmente aclamado y venerado por muchos Satya Sai Baba, conocen este pormenor y lo aprovechan a cabalidad para estampar su sello de divinidad en los corazones que se le entregan. "Tu fe te ha salvado" dijo Jesús, y "Tu eres Dios, como lo soy yo; la diferencia es que tu lo ignoras y yo lo sé. Satya Sai, sabe que los millones de congregados frente a él en beática entrega son DIVINOS y establece en ellos el acto de UNCION (YOGA) necesario para producir milagros. 


  Se entiende así que mientras estemos encarnados, será imprescindible un objeto  (sujeto) amoroso y amable para percibir "aquello" a lo que llamamos D I O S.   He ahí la mística del ícono y el gurú,con la diferencia de que el ícono no mirará al devoto con dulzura, ni se extasiará cuando éste le rinda homenaje ni saludará con igual reverencia, ni sonreirá y el Gurú si lo hará embelesado de amor divino (como Sai Baba) o lleno de egolatría como otros  muchos. El ícono no derramará la efulgencia de su amada presencia, no cantará, no hablará dulcemente a sus seguidores ni estará con ellos hombro con hombro a la hora de dilucidar sus dudas; es decir, que al aceptar a un Guru, estamos cediendo autoridad a dicha persona para que nos provea de su sabia guía y nos ayude a fortalecernos en el avance hacia las metas espirituales más altas que podamos tener. A saber, las del amor, la lealtad, la confianza, el servicio y la compasión.  No hace falta otra cosa para "haberse iniciado en la purificación espiritual" que la comprensión súbita de lo antes incomprendido, ya que iniciación es pasar a otro grado de entendimiento de lo incomprendido e incomprensible hasta ese instante, siendo el comienzo de la ILUMINACION o cece de la ignorancia.. 

La iniciación en una disciplina X (discípulo viene de disciplina) conlleva compromiso, obediencia, respeto y fidelidad a la figura del Gurú en sustitución de la paterna dejada de lado gracias al orgullo y el afán de libertad y libertad es haber abandonado la lucha que genera consecuencias (karma) abandonándose a la sabiduría providencial del niño interno, (Paramatma) (atma universal descendida).
 Así debe enseñar un maestro que sea verdadero exponente y ejemplo de la amorosa protección requerida del
objeto amorosoque nunca abandonará a peligro alguno a su progenie y le salvará de todo daño. La conección con el creador-criador que vela por el bienestar del niño,  (su hijo amado) quien no ha de temer a nada mientras él esté cerca, queda plasmada en el Gurú que te muestra el camino, la verdad, el poder y la gloria, y aquel que suprime en sus discípulos todo atisno de autonomía creativa. 

El niño ama a quien le crea, cría y proteje y nunca lo hará a quien lo abandona, pero a la vez es el propio niño convertido en adulto quien una vez liberado y responsable de si mismo, abandonará al EGO, su falsa identidad emancipandose de todo lo que pueda menguar su propia grandeza al saberse al abrigo y bajo la protección de su progenitor, el eterno increado que todo lo provee


Se recomienda la lectura de otro autor Julio Pardilla, quien indaga en el contenido del Baghavat Gita, y profundiza el tema del Guru.

 WEB MASTER: Magda Kraw, Julio 4 2007,    

¿Perteneces o has pertenecido a una secta supresiva?
¿Cristiana?
¿Fundamentalista?
¿New Age?
¿Vaisnava? (Hare Krishna)

 

 

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911: ¿manipulación?