Pradoluengo Antiguo

       
En un hermoso y profundo valle del norte de la sierra de la Demanda se sitúa la localidad de Pradoluengo, una de las cabeceras comarcales de la provincia de Burgos. Su situación, a caballo entre las provincias de Burgos y la Rioja, le confiere una gran riqueza cultural y etnográfica. La primera referencia documental sobre Pradoluengo data del año 1090, cuando los hermanos Íñigo y Diego Oriolez donan una serie de tierras al monasterio de San Millán de la Cogolla.

Hablar de la historia de Pradoluengo, es hablar de su centenaria industria textil lanera. En relación con ella, tres son los ejes sobre los que se fundamenta su desarrollo. En primer lugar, su
situación en plena Sierra de la Demanda, zona de gran riqueza de pastos y favorable para la explotación de la ganadería ovina, cuyas lanas servirán de materia prima a los artesanos textiles
locales. En segundo lugar, la existencia de una corriente de agua, el río Oropesa, que permite obtener la energía hidráulica necesaria para mover artefactos como los batanes, hilaturas y telares.
Por último, es también importante la existencia de varios yacimientos de greda. Esta especie de arcilla, conocida también como “tierra de batán”, es básica para el abatanado y el desengrasado de los tejidos.

Los inicios de la industria de hilados y tejidos de lana se remontan a los últimos decenios del siglo XVI. Aprovechando el desmantelamiento de las industrias textiles de lugares como Segovia o Palencia, el crecimiento de su industria fue cada vez mayor, así como el de su población. El aumento demográfico permitió a Pradoluengo lograr la independencia frente a sus antiguos señores, los Fernández de Velasco. En 1720, se convirtió en villa de realengo por privilegio del rey Felipe V. El
gran desarrollo de su industria textil llevó a la villa a colocase al frente del manufacturado de bayetas y paños dentro de la península, con capacidad incluso para realizar exportaciones a varios países de América. A principios del siglo XX se produjo una diversificación en sus producciones. Los antiguos
paños y bayetas son sustituidos por productos más competitivos como mantas, fajas, calcetines y boinas. En la actualidad, la industria textil se mantiene como motor económico de la localidad,
destacando la producción de calcetines de algodón, que representa el 24% de la producción nacional.

En Pradoluengo todo está supeditado a la industria textil, incluso la conformación del casco urbano. Su alargada silueta se acomoda al fondo del valle por el que discurre el río Oropesa y elantiguo caserío se ubicaba en la zona umbría del valle, puesto que la ladera expuesta al sol quedaba reservada al secado de las lanas y a las manufacturas textiles.

El poblamiento primigenio se situaba en el barrio de San Martín, hasta que, paulatinamente,las nuevas edificaciones se dispusieron a la izquierda del río, en torno a la iglesia de Santa María,
sobre la cual se edificó la iglesia actual.

Entre las construcciones más destacadas de Pradoluengo se encuentran dos palacetes del siglo XIX. El primero perteneciente a Gregorio Melitón Martínez, arzobispo de Manila, y el segundo, a
la familia Zaldo Rivera.
Asimismo, la villa cuenta con un magnífico entorno natural, en el que sobresale “El Nacedero” del río Oropesa. El lugar se esconde en la Sierra de San Antonio, bajo la cumbre del Remendia, y se halla rodeado de extensos hayedos.

 


Pradoluengo antiguo 1ª parte

 


VIENTOS DE OTOÑO



Cuando los vientos otoñales,
soplen sobre los sueños
Y las ideas vibren,
en los planos más profundos.
Más allá de lo vivido,
en la simplicidad de la muerte,
podré rehacer los cielos rotos
y las hojas amarillas.



Cuando mi alma flote
más allá de mis huesos
Y mis muertes den origen
a nuevos nacimientos
Más allá de donde se inicia
la sinfonía de las esferas,
desnudaré todos mis rostros
finalmente seré libre…



Cuando los rojos soles,
se oculten por siempre
Y avancen todos los muros
sobre las noches que se hunden,
Más allá de mis lechos de jade,
del musgo que vistió mis espejos
lograré aceptar la fortuna
de haber sido la Hija Del Fuego.



Cuando mi cuerpo
se consuma entre las llamas
Y de mis letras solo queden
lúgubres cenizas
Más allá de mis casas en ruinas,
del murmullo de las aguas
Renaceré salvaje
de entre mis flores mustias.



Pradoluengo antiguo 2ª parte


Pradoluengo antiguo 3ªparte


Pradoluengo antiguo 4ªparte


Historia de una fotografia
"La taberna del Bodego"


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fotos de Pradoluengo antiguo

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