1596: Cuando a Cádiz arribaron los ingleses

En el año 1596, una flota anglo-holandesa conquista Cádiz. Cuesta creer que todo un imperio como el español fuese tan vulnerable, pero hay que decir que las posesiones de Felipe II eran codiciadas por todas las demás potencias. Nuestro protagonista, Juan Pedro, un tabernero sevillano, se verá inmerso en todo lo concerniente a estos hechos que poco a poco producirán en él una transformación cual cenicienta, pues si en un principio es un pobre hombre, conforme avanzan los acontecimientos irá cobrando vida hasta convertirse en todo un personaje. En la novela hay alguna batalla, hay amor y algo de picaresca, pues el humor es siempre bienvenido en toda novela.

Nota: El juego de la morra, que era ya utilizado por egipcios y romanos en la antiguedad, se juega actualmente por algunas comunidades españolas como Aragón, lugar donde por cierto nació otro singular personaje en la Edad Media: Juan el aragonés, un insigne cruzado.

Santiago Iglesias de Paúl, Santi, es afortunado, pues la diosa inspiración le visita de vez en cuando y prueba de ello fue su primera novela La leyenda de un cruzado aragonés (también en JM Ediciones), avalada por dos de sus amigos más cercanos y finalista del célebre certamen literario “Todavía lo puedo hacer peor” en su apartado relatos futuristas. Sus incursiones en la literatura comienzan en un tiempo ya perdido, pues durante su época en la Armada, entusiasmado, publicó cuarenta y siete partes de campaña, treinta y nueve hojas informativas y una moción, con escaso éxito, por cierto. Ahora se contenta con publicar reglas nemotécnicas para sus alumnos del curso de Patrones de Embarcaciones de Recreo. No satisfecho con eso, se hizo hace algún tiempo músico y sacó al mercado el ya inolvidable CD 38 años de éxitos (www.jmediciones.com) con cuatro fenomenales grabaciones que han sonado a lo largo y ancho del mundo, y es que otro amigo suyo se lo llevó en sus periplos en el Juan Sebastián Elcano. Algunos todavía le dicen: “Tú debes ser el pesadito del villancico”, y eso le agrada muy mucho.

Peregrino del Camino de Santiago, es quinielista aferrado a los diez aciertos, amante de la buena mesa, y jugador novicio de bridge, plantó un árbol, un cerezo precioso, y se lo arrancaron. Por cierto, y para no perder el hilo, es de destacar también que tras cuatro intentos en aprender el idioma de Paul Simon, ha fracasado estrepitosamente y todavía no sabe poner correctamente el do ese. Esta obra ha surgido de casualidad, pues tras dos proyectos fallidos para escribir una novela autobiográfica, se encontró con que era más fácil remontarse al pasado lejano, en lugar de ir contando sus cuitas por aquí y por allá. Aunque no le hubiera importado lo más mínimo hacer una novela sobre Piedralaves, aquí se habla un poquito de Sevilla y mucho de Cádiz durante el siglo XVI, cuando una escuadra anglo-holandesa-zelandesa invadió Cádiz, esa ciudad donde nació el autor allá por el año 1961. Y para no entretener más al público, diré que Santi confía en que esta novelita guste y enganche tanto como la primera. Difícil tarea y ojalá resulte. santidepaularrobayahoo.es ¿Alguien me puede decir dónde demonios está el simbolito ese de la arroba?



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