LA SOCIALIZACION

 

La socialización es un período que va desde la tercera semana de vida hasta los tres meses y medio.-

El dueño del perro debe conocer la importancia del período de socialización.

Tendrá la responsabilidad de ofrecerles oportunamente a los cachorros un medio ambiente interesante y variado durante su período de socialización.

En este período, los cachorros deben crecer expuestos a los ruidos cotidianos y conocer a diferentes personas de ambos sexos y de ser posible, a otros perros apacibles y mansos.

Luego los nuevos propietarios que ingresan un cachorro a su casa, deben llevarlo a la calle, a la plaza o parque, que aprenda a caminar en la vereda en medio del ruido de autos, etc. y a estar en contacto con otros perros.

Se que esto va en contra de aquellos que recomiendan no sacarlos hasta los cuatro meses, o sea hasta que tengan todas las vacunas, para evitar contagios. Pero recalco que es tan importante proteger a nuestros animales de las enfermedades infecciosas como de las psicosomáticas.

El sacar al cachorro a la calle, a pasear, a estar en contacto con personas y animales desde muy cachorro, implica que esos otros animales, serán sanos. No estoy recomendando que se junten con animales vagabundos o que estén con perros enfermos o personas que puedan contagiarlos de parvo o moquillo. O que vayan a lugares donde haya mucho peligro de contagio.

Pero es muy importante que tanto criadores como propietarios adviertan: la socialización y la adaptación de un cachorro es tan importante como la vacunación.

Con el mismo fin, también es bueno que jueguen con cosas ruidosas: latas de gaseosas llenas de piedras, juguetes con ruidos, pelotas duras y botellas de plástico, etc.-

Inhibición de morder:


El aprendizaje de la inhibición de morder no es congénita sino aprendida durante el juego social. En todas las razas es importante lograr una jerarquización con ellos, en donde el dueño sea el jefe de la manada.

Esto significa que el humano puede demostrar su rango teniendo el control de los recursos importantes. Si el juego, el contacto social, el alimento y el acceso a los lugares preferidos no son libres para el perro si no que solamente resultan habilitados por medio de su dueño, el perro recibe una información muy clara acerca de quién es el jefe, sin que el dueño tenga que llegar a una confrontación que, en muchos casos, llevaría las de perder.

El instructor puede contribuir a que no surjan problemas de rango o jerarquía entre el dueño y el perro, explicándole al primero cómo, por medio del control constante del acceso a los recursos importantes, llegar a ser un jefe reconocido y digno de confianza para su perro.-
 

Evitar los caprichos:
 
Es recomendable, por mas adorable que sea el cachorrito cuando llega a nuestras vidas, tratarlo con tanto amor como límites claros, para no quedar expuestos en el futuro a los manejos del animal.-

El instructor dará las pautas a seguir para obtener buenos resultados en estos aspectos.-
 
                                    www.instructordoncan.tk  (Carlos: 011-15-3557-9995)

                                                                                        (011-4661-6701)
                                                                                                                                    

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                                                                                     COMPORTAMIENTO

El problema del comportamiento en caninos, es un tema muy frecuente de escuchar en cualquier consulta veterinaria. La mayoría de ellos pueden ser evitados desde la adquisición del cachorro, pero también con la toma de conciencia y responsabilidad de sus propietarios.

LA ANSIEDAD

Este problema es uno de los más comunes en una consulta al veterinario, se trata de una afección emocional que se manifiesta cuando el perro es separado de un objeto o persona al cual esta excesivamente unido.

Estos perros son llevados a la consulta debido a que han causado destrozos de importancia, han orinado y defecado por todos lados de la casa e incluso sus ladridos, aullidos y gemidos se han hecho interminables e insoportables, en especial para el vecindario. Con el propietario, el perro se muestra "pegajoso" y pesado, muy juguetón, le hace "fiesta" miccionando de la emoción y se comporta más como un cachorro que como un perro adulto.
En casos graves, el perro no presenta ningún comportamiento durante la exploración, siempre está a los pies de su dueño, tiene tendencia a comer de más y se lame exageradamente en el mismo lugar, lo que provoca heridas serias en la zona. Cuando sale de paseo, no se mueve y permanece muy cerca a su dueño.
Esta patología se observa en perros de ciudad antes de la edad de la pubertad, sin distinción en cuanto a sexo o raza. Pertenecen a gente que vive sola, personas mayores o que adquirieron al perro tras una muerte.

Durante todo el período de socialización, el cachorro se apega a su madre, identificándose con ella para adquirir todos los códigos y reglas que regirán su vida futura. Sin embargo, este período de apego no es indefinido; de hecho, los cachorros deberán transferir ese apego de la madre hacia un grupo social: el desapego. Este comienza a las 10 o 12 semanas de vida para finalizar hacia los cuatro o cinco meses en machos y un poco después en las hembras.
Cuando el cachorro llega a una casa, cambia de entorno, por lo que va a apegarse a la primera persona que le dé de comer, le acaricie, etc. Hacia los cuatro o cinco meses, los amos deben provocar el desapego. Si esto no se realiza, lo que suele ocurrir en bastantes ocasiones, es que la más mínima separación de la persona de apego le hará entrar en un estado de pánico y desamparo, y le hará buscar los olores del amo. Esta búsqueda será en forma exacerbada y por lo tanto producirá destrucciones masivas, lo cual no significa en ningún caso venganza por parte del perro. Además, el amo realiza a menudo los mismos gestos antes de partir (sacar las llaves, ponerse el abrigo, etc.) o despedirse especialmente de él. De esta forma, el perro sabe que se va a quedar solo, por lo que comienza desde ese momento a mostrar signos de ansiedad. Al tratar de consolarlo o tranquilizarlo, los amos sólo consiguen reforzar esos signos.

El tratamiento se basa en una parte médica que permite facilitar el aprendizaje, y de una parte conductual, con interrupción de los rituales de partida y puesta en funcionamiento del período de desapego. Este tratamiento es eficaz si los dueños se motivan y si el perro es todavía jóven.-


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