Fiestas de Cascante del Río

Portal de Fiestas

 
Imagen de una procesión de Cascante de finales del siglo XIX

FIESTAS MAYORES

Las Fiestas Mayores de Cascante del Río, se hacen en honor a la Santísima Trinidad, aunque su día es en el mes de junio, por razones de afluencia de personal, muy especialmente por los que se hallan fuera, se trasladó al primer fin de semana de agosto.

Es tradicional en Cascante que la víspera de las fiestas señaladas haya repique de campanas y bandeo, los sábados y otras fiestas menores de la villa solo que repique de campanas.

Así que el mejor aviso de gran fiesta está en el sonar de las campanas. El sábado y el domingo de la Fiesta Mayor se hace una monumental hoguera en la Plaza, hoguera que se repetirá la víspera de San Nicolás. Las otras hogueras se harán en cada casa para los San Antonio y para San Juan.  
La orquesta llegaba el sábado y con su pasacalles animaba el ambiente, a la noche una gran verbena en la Plaza era el pórtico de la Fiesta Mayor.
La semana anterior ya se hacían los preparativos, el ir y venir del horno con tortasfinas, madalenas, bizcochos o pan dormido era lo más habitual, olía a pastas de las buenas, elaboradas artesanalmente por cada una de las familias.

Por la mañana del domingo los pasacalles y bandeo de campanas, y más tarde para la misa el repique y toque de campana, avisan que hay que ir a misa, esta será cantada, con música y con predicador extraordinario. Tras la misa la procesión, más bandeo y cohetes, el primer día se sacará al Patrón de Cascante, San Nicolás de Barí, y en el segundo día, será el Patrón y San José quienes irán en procesión, todo ello acompañados de estandartes y banderas, además de la cruz procesional que irá la primera.

Terminada la misa y la procesión, haciendo un círculo o rolde en la Plaza, se repartirán los cargos para los nuevos clavarios de ese día para el año siguiente. A son de pasodoble desfilarán los clavarios, cruz, bandera y vara de mando será su insignia, Cuando hayan dado las tres vueltas, saludando cada vez que pasan a las autoridades, será el primero que coja la insignia, el que hará la fiesta en ese día y con esa cruz, bandera o bastón. El número de clavarios son seis, tres cada día.

Terminado este acto, vermut para autoridades e invitados en el Ayuntamiento, y los que no a tomarlo en los bares.
A los pocos minutos baile matinal en la Plaza. Más tarde cada uno a su casa a comer, y que pasa si hay algún forastero, nunca le faltaba donde comer y dormir, aunque fuese en la pajera, Eso si, a los de buena fe, a los chulos... se les tiraba al abrevadero, ¡Menudo son los de Cascante!.


Por la tarde más baile, pero quiero detenerme en una costumbre muy interesante, el inicio del baile de las tardes. Este se inicia con una JOTA ARAGONESA que bailan los clavarios, todos con sus parejas, y que partiendo de la plaza recorrían las calles, dejando de tocar la orquesta y empezando cada vez que aparecen en la plaza, a la jota le sigue un pasodoble y a bailar todo el mundo. Por la noche habrá de nuevo verbena.

El segundo día era similar al primero. En algunas ocasiones se hacía un tercero, que si contamos la víspera eran cuatro días.
Junto a la hoguera se reúnen muchas personas, los chiquillos como en las otras fiestas patronales,  con sus chucherías, habrá turrones y monedas. En las fiestas se tira la casa por la ventana.
Ahora las cosas han cambiado, introduciendo más orquestas, vaquillas, disco, grupo de jotas y otros atractivos para niños y mayores, como teatro o  atracciones infantiles.

Es uno de los momentos más animados del año, ya que pasadas las fiestas, vienen desfilando muchos destino a su lugar habitual de trabajo : Barcelona, Valencia, Teruel, Zaragoza u otros lugares.

Las Fiestas de nuestra niñez, eran, quizá más simples, pero más ilusionantes, había clavarios voluntarios para hacer las Fiestas, olía a pastas, había muchos niños y niñas, muchas mozas de buen ver y mozos, personas de mediana edad y menos mayores que ahora, que no marchaban cuando se acababan, ellos vivían todo el año. Daban mucha actividad y mucho dinamismo dentro de los límites.

Se esperaban mucho las Fiestas Mayores y las Patronales, se saboreaban a tope, tanto en los actos religiosos, tradicionales como ociosos. Eso sí, se tenía que saber contar, ya que al pedirle un baile a una chica, te podía decir, la tercer o la cuarta. Esto significaba que otros le habían pedido baile y para no dar calabazas daban número de orden para cuando te tocaba bailar. Enhorabuena a las que tenían muchos en espera.

No podemos perder las tradiciones, es y deber ser un patrimonio a conservar, de todos los de Cascante y que cuanto simpatizan con esta Villa, ya por descendencia, afinidad o simpatía.

Tenemos que escuchar el repique de campanas, el bandeo de las mismas,  tienen que salir clavarios como antaño y no debemos apagar la llama de a esperanza, la hoguera debe seguir calentando e iluminándonos.
¡ Que bonito recordar cosas agradables de la niñez!


¡ FELICES FIESTAS ! 

 

San Nicolás de Bari

BREVE HISTORIA DE SAN NICOLÁS DE BARI
 
Todos los pueblos quieren tener un patrón importante, un santo que tenga una biografía excelente y que su influencia en el más allá sea considerable. Desde niños esperábamos al predicador extraordinario que venía a glosar las grandezas de nuestro santo.
San Nicolás de Bari no es un santo cualquiera, es el que les lleva juguetes a niños de algunos paises, es el patrón de Rusia, además de ser consuelo de  los perseguidos, sostén de los débiles, amparo de los pobres e inocentes, pastor celosísimo, guía prudente y patrono y protector de la infancia.
Nació en Patara, costa meridional del Asia Menor, base de comerciantes y puerto de partida, provincia de Licia, ciudad floreciente y rica con magníficos templos a Apolo y Diana y bellos jardines.
Epifanio y Juana, padres de San Nicolás, tenían cuantioso patrimonio al ser los únicos herederos, ya que los hermanos que tenían se habían consagrado al servicio de Dios.
Tenía un tío Arzobispo de Mira, llamado también Nicolás.
Los padres de San Nicolás mueren a causa de la peste que asolaba a la provincia de Licia.
Entre las muchas acciones y milagros que hizo nuestro Santo podemos destacar :
Dotar a tres doncellas para que se casaran.
Lanza los demonios de los presos.
En el viaje a Tierra Santa calma la tempestad.
Multiplicación del pan.
Resucita a un niño muerto.
Resucita a dos muchachos estudiantes suicidados y troceados.
Resucita a tres niños troceados por un ventero y que guardaba en una cuba de madera.
Fué Abad del Monasterio de Monte Sión, fundado por su tío y obispo de Mira.
El viernes a las tres de la tarde del día seis de diciembre de 345, a los 65 años de edad fallece San Nicolás, enterrado en la Iglesia de San Juan Bautista del Monasterio de Monte Sión.
Apenas sus restos recibieron sepultura, comenzó a fluir de la piedra que cubría el sepulcro un ungüento o bálsamo de exquisito aroma, que se ungían con él los que padecían enfermedades y todos sanaban.
El 9 de mayo de 1087 recibieron los restos mortales de San Nicolás de Bari, una vez rescatadas las reliquias del Monasterio de Monte Sión, destruido por la invasión de los turcos, tirado el carro por bueyes, éstos se pararon sin hacerles mover y allí se construyó un templo en honor a San Nicolás, con dos bueyes de piedra colocados a la entrada del templo.
San Nicolás tuvo y tiene grandes devotos, santos, reyes, princesas y gente del pueblo.
Bari, ciudad italiana, basílica románica de San Nicolás ( 1087-1132).
Este es un breve resumen de la vida de San Nicolás de Bari, patrón de la villa de Cascante del Río
 
Santa Quiteria patrona de Cascante del Río
 
Virgen y martir del s. IV.- Gallega.
- Fue decapitada y arrojada al agua. La leyenda cuenta que emergio de las aguas con la cabeza en la mano, de hecho así se la representa.
- También se representa con dos perros a los pies, pues es abogada contra la rabia.
(Se cuenta que detuvo con su voz el ataque de dos perros rabiosos).

La antigua Balcagia, hoy Bayona, bello rincón de la costa gallega, era sede de Lucio Catelio Severo, régulo de Galicia y Portugal.

 Su esposa se llamaba Calsia y ambos eran paganos y enemigos de los cristianos. 

Las leyendas cuentan que Calsia tuvo en un solo parto nueve hijas, y pensando en este hecho extraordinario que por así serlo podía despertar sospechas de su esposo, 

sospechas de infidelidad naturalmente, mandó con el mayor secreto, ya que él estaba ausente, que las nueve niñas fuesen arrojadas al río de la Ramallosa, dstante dos kilómetros de Bayona. La partera, llamada Sila, cogió a las neófitas y marchó dispuesta a cumplir la orden; pero a mitad del camino, movida a compasión por aquellas infelices criaturas, pensó salvarlas y, cambiando de rumbo, se dirigió a un pueblecito próximo. Allí dejó las niñas al cuidado de ciertas mujeres cristianas que se encargaron de criarlas.  

Se las bautizó de inmediato imponiéndoles los nombres de Quiteria, Liberata (Librada), Victoria, Marina, Germana, Eumelia (Eufemia), Marciana, Genibera y Basilia. Fueron  educadas en la fe cristiana y en el temor de Dios y las nueve hermanas ofrecieron su virginidad al Señor. 
 
En el siglo II una funesta persecución amenazaba a los cristianos extendiéndose hasta Balcagia. Los paganos denunciaron a las santas vírgenes que fueron detenidas y llevadas  a la presencia de Lucio Catelio. Éste las amenazó con el suplicio si continuaban en el cristianismo; pero ellas no vacilaron ante las amenazas del régulo y contestaron con firmeza que preferían mil veces la muerteantes que abandonar la fe de Cristo. Catelio, impresionado ante la fortaleza de las niñas y encontrándoles un extraño parecido con su esposa, indagó su origen, y llamando a Calsia, las reconoció como sus hijas. Se entabló entonces una lucha en su corazón entre el amor de padre y la autoridad de juez: tenía ahora mayor empeño en convencerlas y les suplicó con todo cariño que sacrificasen a los dioses; su madre intentó también con lágrimas persuadirlas, pero nada consiguieron. 
 
El padre, enfurecido, renovó las amenazas concediéndoles un día de plazo para decidirse a adorar a los ídolos o morir. Las nueve hermanas convinieron en evitar el crimen de que fuese su propio padre quien las matara y escaparon de la ciudad cada una por diferente camino. Posteriormente, cada una de ellas fue apresada y fueron martirizadas en diferentes sitios. 
 
Quiteria se retiró a la soledad de un monte, donde vivió algún tiempo en oración. Pero recibió un anuncio de un ángel del Señor que le ordenó volver a la casa de sus padres. 
 
Volvió a Balcagia y al entrar en el Palacio de su padre, éste la recibió con gran admiración y gozo; procuró persuadirla de que se casase diciendo que tenía ya persona digna, el rico y noble Germano. Quiteria contestó: “padre mío, no tengo que entregarme a esposo en la tierra, porque el mío es el Rey del Cielo, Cristo Jesús, al que amo con todo mi corazón y Él me ama tanto que dio su vida por mí”. 
Enojado el padre, avisó a Germano de esta resolución diciéndole que para vengar tal agravio, le cortasen la cabeza. 
Pero Quiteria consiguió escaparse, saliendo de noche. 
 
Un ángel del Señor indicó a Quiteria el camino a seguir, y la Santa llegó hasta los Montes de Toledo, donde el ángel también le había dicho que recibiría la Palma del Martirio. 
 
Pero hasta aquéllas lejanas tierras consiguió llegar Germano. Sabiéndose Quiteria perseguida, mientras caminaba por un valle cercano a Marjaliza (Toledo), se escondió en el hueco de un árbol y dijo a un pastor que había por allí que si preguntaban por ella, no la descubriese. Se refugió la santa doncella y al poco llegó el cruel Germano, y preguntó al pastor y éste dijo que no había visto a nadie, pero con el dedo señalaba el refugio. Entonces, Germano descubrió a Quiteria y cogiéndola de  sus preciosos cabellos, mandó que le cortasen la cabeza. Quiteria oró al Señor diciendo: “Recibid Señor mi alma, librad de las enfermedades a los que se valiesen de mi patrocinio”. Y una voz del Cielo le respondió: “Así te lo ha concedido en la gloria Dios, como tú lo has pedido en tu martirio”. La Santa hinca las rodillas en el suelo, fija el corazón en el Cielo y entrega el cuello al cuchillo.
 
Hizo bastantes milagros, comenzando por el pastor, ya que al ser descubierta Quiteria, sus perros rabiaron y le hicieron varias heridas. El pastor se arrodilló delante de ella y ésta le perdonó y le mandó que se lavase las heridas con el agua de la fuente que hizo brotar la Santa. Es invocada como abogada contra la rabia (la hidrofobia). 
 
La fiesta de Santa Quiteria se celebra el 22 de mayo, día en que sufrió el Martirio en torno al año 130. 
 
Algunas hermanas de Santa Quiteria también son muy veneradas, como Santa Marciana, el 12 de julio; Santa Marina, el 18 de julio; Santa Librada, el 20 de julio; y Santa Victoria (también llamada Rita) el 17 de noviembre, en compañía de San Acisclo. 
 
Información obtenida de: Â“Historia de Santa Quiteria, Virgen y Mártir” (1972), de la Hermandad de Santa Quiteria de Fuente el Fresno (Ciudad Real), copiada del Breviario de Toledo en 1898. Â“Leyendas de Galicia y Asturias” (1995), de Francisco Caudet Yarza.

Fiesta de Santa Quiteria de Cascante del Río

Son los clavarios de Santa Quiteria, son los últimos matrimonios celebrados en Cascante del Río, van de casa en casa con una talega pidiendo trigo, una cuartilla, este trigo servirá para que una vez molido en el Molino de Cascante,  se elabore el pan de Santa Quiteria en el Horno comunal de la Villa.

El día que se amasaba y se cocía el pan, era simpático ver al atardecer, como numerosas mozas del pueblo ( había muchas y guapas) en las entradas del mismo, con un pandero de harina, para blanquear o empolvar a los hombres, muy especialmente a los mozos que venían de trabajar del campo. 

Quizá era una respuesta a las bolisas y ceniza que se les lanzaba a las mozas por carnaval y miércoles de ceniza, quizá el poderse salir una vez al año de tantas formas e hipocresía, lo que si era bonito la provocación de las mozas a los mozos y una manera de relacionarse,  que si excluimos el baile, solo había en esa época, salvo los noviazgos declarados.

El 22 de mayo, día de Santa Quiteria, patrona de Cascante del Río, nos desplazábamos a la ermita de la Santa, antigua iglesia de la Villa, junto al cementerio y que sería parte del viejo castillo de la población, hoy desaparecido. También ha desaparecido la ermita de Santa Quiteria ( no me lo explico ) pero fué derruida para ampliar el cementerio y con la venia de la Iglesia.

Después de la misa con sermón incluido, dos clavarios con canastillas de migas de bizcocho, antes bendecidas, posaban en la puerta para que los feligreses tomasen un puñado de las mismas.

Casi era la hora de comer, así que bajabámos al pueblo, tiempo para un vermut en el bar, a comer de día de fiesta y preparados para la tarde. 

A la tarde una gran riata de chicos y mozos con grandes cestas de pan, cogidos en cadena, subian  pan para toda la población y visitantes.

Otra vez al prado del Castillo o de Santa Quiteria. Sentados en fila mirando a la huerta y río Cascante, esperaban que les dieran cañamones tostados y vino, que, en antiguas jarras y jarritos eran llenados de grandes botos.

Terminado este ritual,  se pasaba a repartir el pan a todos los presentes, a los vecinos  no presentes por enfermedad o impedimento, se les entregaba también, incluso yendo a su casa.

Siempre sobraba pan y era tradición, lanzarlos por la empinada cuesta, para que  los recogiesen las personas que tenian más habilidad, ( en tiempos de escasez venian de pueblos vecinos para llevarse su pan, más lo que cogiesen ), más tarde los mozos competían por coger el máximo de panes, como si de un trofeo se tratase. Los panes no llegaban a tocar el suelo en la mayoría de los casos, pero eran lanzados con fuerza y mucho más con la inclinación propia de un castillo.

Terminado este acto, todos a la plaza del  pueblo, en la misma o el el salón de baile, había una pequeña orquesta o un acordeonista, para amenizar la fiesta, con un baile multitudinario.

Los niños disfrutaban de lo lindo, los padres y tíos les daban monedas de centinos, reales, pesetas e incluso de duro.Un vistante esperado de los niños era el turronero, que traía, además de turrón, tortas de turrón, caramelos, pirulis, globos, cohetes y otras chucherías.

Los adultos pasaban su tiempo en el bar o en el baile, las señoras mayores observaban a los bailadores desde el banco de la plaza o de alguna silla que se traían de casa.

Bonito día de Santa Quiteria, lástima que ahora ya no hay clavarios, no hay nuevos matrimonios, ni ermita, ni molino ni funciona el horno,se hace la fiesta pero tiene otro sabor. Recuperar eso, sería muy ilusionante aunque dificil.

Coplas de Santa Quiteria

Todos venimos del pueblo,

y subimos a lo alto

a visitar a Quiteria

en el día de su Santo.

Hijos de este pueblo somos

aunque residamos fuera,

pero nunca te olvidamos,

gloriosa Santa Quiteria.

Santa Quiteria bendita,

te venimos a implorar

agua para nuestros campos,

que se nos van a secar.

La corona de Quiteria

tiene veinticinco perlas

que los hijos de Cascante,

todos se miran en ellas.

De nueve hermanas que sois,

tu eres la más pequeñica,

por eso te veneramos,

Santa Quiteria bendita.

Todos que vienen de fuera

no se sienten forasteros,

pues cuando pisan Cascante

son iguales que los del pueblo.

 

 

Interior de la Iglesia de San Nicolás de Bari de Cascante del Río
RECUERDOS DE MI NIÑEZ

FIESTA INESPERADA EN  HONOR A BLASCO MONSERRAT

1O de septiembre de 1954, del Diario Lucha de Teruel de fecha 22 de septiembre de 1954

El día 22 aparecía el Lucha una curiosa crónica  que reproducimos íntegramente.       

Estaba firmada por el párroco, Benigno Navarrete con el título “Fiestas inesperadas en Cascante del Río”: 

“El día 10 de septiembre del año actual se presentaron don Manuel Blasco Monserrat con su esposa doña Julia y sus hijos Julieta y Manuel sobre las once horas en esta villa de Cascante del Río; pueblo de donde marchó a los catorce años de edad para abrirse nuevos horizontes, ya que siendo de honrados y laboriosos padres, no fueron afortunados en bienes materiales.
“Su aplicación, cultura y protección de Dios, que nunca falta a quien le busca, le hicieron llegar a ser un conocidísimo fabricante y almacenista de va riadísimos y hermosos juguetes que, para la fiesta de los Santos Reyes, remite sin regateos ni pegas, antes bien con desinterés inigualado, en abundancia y calidad, a los niños del pueblo. 

Cercionados de la visita de tan distinguida y para todos querida familia, se organizó rápidamente un programa de festejos para los días 12 y 13, los que sin  pretensión de ningún genero,fueron de regocijo para todos, y de satisfacción para tan simpática y sencilla familia. Actos religiosos religiosos,serenatas, partidos de pelota y balompié, bailes de jota, coplas, etc. fueron los actos del primer día, terminándose el segundo con una vistosa cabalgata de Reyes que fueel cierre victorioso de estos dos días que jamás han de borrarse de la memoria de los hijos agradecidos de Cascante del Río y creemos que la familia Monserrat también los llevarán grabados en su bondadoso corazón.  

“Entrar en detalles minuciosos de cada uno de los actos celebrados, sería prolongar en demasía la crónica. 

Gracias pues a todos los que tomaron parte activa y cooperaron a la brillantez de estos actos y que desinteresadamente realizaron, correspondiendo de este modo a los múltiples favores de esta digna familia Monserrat, a quienes deseamos un feliz retorno a sus lares en Barcelona.

Desde estas líneas quisiera rendir un homenaje a D. Manuel Blasco Monserrat, por tantas alegrías que nos dió a los niños de Cascante del Río, en unos momentos muy difíciles y que si no hubiera sido por su bondad y entrega, casi todos los niños de Cascante no hubiéramos tenido juguetes.
Muchas gracias a don Manuel y a su familia