La Fuensanta


  Santuario de la Virgen de la Fuensanta de Villel

Monasterio y Santuario de la Vigen de la  Fuensanta de  VILLEL 

 

Edificio del siglo XVI, de mampostería, con una amplia nave, cubierta de crucería estrellada; en la capilla mayor hay cúpula sobre un octógono. En el siglo XVIII fue reformada la capilla mayor, que tuvo bóveda de crucería; entonces se adornó el frente del  presbiterio con bajorrelieves policromados alusivos a los milagros, más un retablo barroco y una imagen del Cristo. Coro alto. Torre en la cabecera, al lado del Evangelio; realizada en mampostería. Imágenes modernas de la Virgen titular, de San Pedro y San Pablo.


Imagen de la Virgen de la Fuensanta de Villel

LA VIRGEN DE LA FUENSANTA

El dominio de los moros en Villel fue por espacio de cinco siglos, hasta la conquista por Alfonso II de Aragón. A principios del siglo VIII Villel población católica bajo el dominio de los godos, tenía consagrada a María Santísima su única iglesia parroquial, y veneraba en suma piedad su Santa Imagen. 

Esta imagen parece ser que fue ocultada o escondida en lugares escabrosos y a la sombra de espesos bosques y escondidas grutas.

El día  cinco de septiembre del año 1238, ( que es el mismo en que fue conquistada y ganada la Ciudad de Valencia por el Rey Jaime I de Aragón), muy de mañana estaba apacentando su ganado un sencillo Pastor llamado Juan Pérez en unos ásperos montes, al poniente de Villel, á media legua de distancia de esta villa (unos tres kilómetros).


Únicamente atento al cuidado de su rebaño, he aquí  que advierte un resplandor extraño, y, ve una luz peregrina maravillosa, que salía de la concavidad de una Gruta formada por la naturaleza, y en ella ve con nueva admiración una Bellísima Imagen de María Santísima, que le habla con celestial dulzura, y le dice: Levanta, Pastor, no temas, ve y dirás á la Villa, que es mi voluntad, se edifique Templo en mi nombre en este sitio.


 Parte el feliz mensagero  prontamente, y lleno de jubilo anuncia en la Villa su embaxada. Mas, no sin dolor, se ve despreciado como simple. Vuelve pues afligido el Pastorcillo, que estaba impedido ú valdado de un brazo, al sitio de la Aparición, exponiendo como no se había hecho  caso de su embaxada. Entonces volvió á hablarle la Virgen con suavidad, y con benigno aspecto le mandó sacar el brazo que tenía impedido, diciendo: Saca ese brazo, Pastor...Se prueba el Pastor  á obedecer, y sin pensar en ello se encuentra con el brazo expedito, y enteramente sano. Esta será la señal en lo que referirás segunda vez a la Villa.


En su segundo aviso es recibido con urbanidad y agrado como mesagero  de prosperidades. Por todo el pueblo resuena una voz de general aclamación: Todos se apresuran por acudir sin tardanza al paraje de la maravilla. Se congrega la Villa en breve tiempo, dejando cada uno los negocios respectivos de sus  casas, y tomando al venturoso Pastor por guía. Concurren el Clero, los Caballeros Templarios, los del Gobierno, y el Pueblo el mismo día en festiva Procesión al sitio donde se había aparecido la Santa Imagen y determinan llevarla inmediatamente a la Iglesia Parroquial, con el mayor júbilo en procesión solemne.

Colocan en efecto religiosamente la Sagrada Imagen de María Santísima en la Iglesia Parroquial.

Quando el pueblo disponía solemnizar al día siguiente el prodigioso hallazgo, se encuentran sin él por la mañana.


Vuelan apresurados al sitio de la Aparición, la encuentran en la misma gruta y la vuelven a la Iglesia el día seis de Septiembre del año referido.


A la noche siguiente se vuelve otra vez la Sagrada Imagen á su Montaña. Y repitiendo el Pueblo el siete de Septiembre  su amorosa demostración de devolverla en devota Procesión a la Iglesia. Experimentan  que nuevamente se ausenta, y se vuelve al sito donde había aparecido. Tres prodigiosas ausencias de la Santa Imagen eran absolutamente suficientes para quitarles toda duda de que aquella era la voluntad de María Santísima.


Motivos porque esta Santa Imagen se intitula Nuestra Señora de la Fuen-Santa, y continuación de los sucesos de su Aparición prodigiosa, la parición de la fuente de aceite. Fuente milagrosa que dejó de manar por el abuso que se dice hacía los guardadores del Santuario.


Así  Nuestra Señora de la Fuensanta será la Patrona de Villel y pueblos circunvecinos que van cada año en romería para agradecer sus bendiciones.


(Los archivos existentes en el Santuario de la Fuen-Santa, fueron destruidos durante la guerra, lo cual no impide conocer más de su historia

 
Fuente milagrosa de la Fuensanta de Villel y Salmos

 

 

El nacimiento de la fuente milagrosa en el interior del

 

santuario de la Fuensanta.

Algunas estrofas:

8ª.-

Convertida en agua pura

la que de aceite era fuente.

Al que llegar reverente

su protección asegura,

juzgándose con cordura

ser fuente que el mal desvía.

9ª.-

Tantos llegaste a sanar

enfermos, ciegos, quebrados,

que por tal multiplicados

jamás se pueden sumar.

Tu fuente pasó a ser mar

de amparo y abogacía.

12ª.-


Pues sois cual fuente ¡Oh María!

manantial de gracia tanta,

Madre de la Fuente Santa,

sednos Abogada pía. 

ROMERIA A LA FUENSANTA DE VILLEL  DESDE CASCANTE DEL RIO

La Romería a la Virgen de la Fuen-Santa es uno de los gratos recuerdos de mis años de niño y mozuelo, un día del mes de mayo, desde la iglesia de San Nicolás de Bari, parroquia de Cascante del Río, salía una procesión con cruz procesional y estandartes por la calle Gomeces, hoy Reyes Magos hasta la salida del pueblo.

 

Se trataba de la Romería al Santuario mariano de la Virgen de la Fuensanta de Villel.

 

Con caballerías, carros y a pie, años más tarde con el camión de Navarrete y con el Autobús de Linea, nos deplazábamos hasta la villa vecina de Villel, a unos ocho kilómetros  y medio.

 

Antes de incorporarnos a la travesia de la carretera Teruel-Cuenca, a su paso por Villel, esperábamos a la entrada de la población en la confluencia de la carretera de Cascante, frente al cuartel de la Benemérita, a que llegase el párroco de Villel, en compañía de sus monaguillos con cruz profesional, para constituirnos en procesión junto a ellos, para acompañarnos a la Iglesia parroquial de la Virgen de la Nieves, interesante y bonito templo, donde tras rezos y plegarias, salíamos por la puerta opuesta a la entrada y otra vez en procesión cruzábamos el casco de la villa, hasta las afueras, donde nos esperaban los habituales medios de transporte para llevarnos al Santuario.

 

Antes de llegar, al Santuario, otra vez formamos procesión y en esta ocasión hasta el interior del templo de La Fuensanta.

 

Ya en el Santuario, hasta la hora de la misa, a corretear, a bandear las campanas, que por cierto eran asequibles por su tamaño y a visitar las reliquias, que en especial eran objetos de cera.

 

Tras la misa y el sermón, tiempo para vistar el lugar donde dicen que se apareció la virgen al pastorcillo, hay como un porche donde existe una  inscripción de tal acontecimiento.

 

Era  un momento para relacionarse niños y niñas, o mozuelos y mozuelas, puesto que como teníamos escuelas separadas, no existían demasiadas ocasiones. Efectuada la visita bajábamos por la estrecha senda de tan empinado lugar, para hacer la comida, ya de bocadillo, fiambrera o carne a la brasa, en torno al Santuario y muchas veces, junto a la balsa y fuente que esta pegada a la Iglesia. Solo el Concejo del Ayuntamiento celebraba la comida en la Hospedería del Monasterio, comunmente llamada la casa del ermitaño.

 

A la hora prevista, despedida de la Virgen y procesión hasta las afueras del Santurio. Otra vez tomamos los medios de transporte y para Cascante, salvo cuando se hacia el viaje con el autobus, ya que hacía dos viajes, el primero para los mayores y el segundo para recoger a todos que nos quedábamos para ir al cine en Villel, entonces existian dos cines, hoy ninguno.

 

Así a grandes rasgos recuerdo la Romeriá a la Fuensanta, un día multicolor, de religiosidad, relación y ocio.

 

En algunas ocasiones nos habíamos juntado con otros pueblos, entre ellos Rubiales y Bezas, pero rara vez. Ya que cada pueblo tenía su día asignado.

 

A la Virgen de la Fuensanta han ido en romería del obispado de Albarracín: Tramacastiel, Gea, Jabaloyas y Rubiales. Del obispado de Teruel: Teruel, Villel, Aldehuela,Cubla, Cascante del Río, El Campillo, Cella, Caudé, Castralvo, Villastar y Rubiales. A lo largo de los siglos, algunas de estas poblaciones han dejado de asistir, yendo actualmente unas ocho poblaciones.

 

Esperamos que siga esta interesante romería, que la Vigen nos ampare y ayude a poblar estos pueblos vacios, para que no se pierda estas tradicones.