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Ilustraciones

Escudo de la Pentamancia


Bandera de Neoscientia y bandera de Neoscientia con escudo:

                                                             

La bandera de la ciudad-Estado de Neoscientia trata de resumir toda su esencia, todos los elementos que han caracterizado su corta historia. Por supuesto, tiene una descripción heráldica canónica, pero es compleja y retorcida, y los tiempos modernos prestan poca importancia a esas cuestiones. Por lo tanto, a continuación se ofrece una visión más simple y comprensible.
La bandera está cruzada por aspas rojas, que hacen referencia al territorio en el que está asentada, pues en cuando se fundó aún pertenecía al imperio Ibaniol. Son cinco como representación de las cinco Torres que la caracterizan. El campo amarillo superior es un tributo a Luminia, la nación cuyo comercio le proporcionó la prosperidad suficiente como para erigir la Ciudad. El negro a ambos lados es un intento de diferenciarse de las demás naciones, es un color ligado a la montaña y la minería, la oscuridad de las cavernas, las raíces originarias del pueblo neoscientio. El azul muestra el Río que cruza los subterráneos de la Ciudad, que tanta importancia ha tenido en su desarrollo.
El escudo vuelve a insistir en todo ello. El fondo, iluminado por el Sol de Luminia, remite al cielo, la libertad y las miradas a lo alto de los primeros neoscientios. Sobre él se erige la Montaña en la que se enclava Neoscientia, con sus cinco torres negras. A ambos lados, el martillo y el pico muestran la actividad minera y técnica que les dio la fama y la riqueza. Sobre la montaña se encuentra una espada, como muestra de poder militar, cuyo pomo y guardas son flechas, marcando la encrucijada comecial que es actualmente. Por debajo, una vez más, corre el río.

 
Bastón de Tecnimago, transformado por Arteno Canoye (tecnimago del Laboratorio de Neoscientia):



Se trata de uno de los bastones de mando que, en otros tiempos, emplearon los tecnimantes de Neoscientia, cuyo origen se remonta a antes de la fundación de la Ciudad. Hoy están en desuso, pero algunos nostálgicos o rebeldes siguen empleándolos como símbolo de su posición. Aún hoy, un bastón de tecnimante y un tono de voz elevado pueden abrirte muchas puertas. Esa es la filosofía de Arteno Canoye, que elaboró este modelo en el periodo en el que trabajaba en la sección de armamento del Laboratorio. Su aspecto no difiere de los bastones habituales, ya de por sí variables, pero los adornos circulares junto al pomo permiten activar algunas funciones especiales. Desde la Batalla de Neoscientia, cuando salió a la luz este invento, son conocidas y temidas las firmes cuchillas que lo convierten en un arma contundente muy peligrosa; el cañón de repetición oculto en su punta, que permite disparar a corta distancia, y sin demasiada precisión, pero cuyos proyectiles, repartidos por su interior, son potentes y numerosos; y el chorro de llamas que, una sola vez antes de la dificultosa recarga, puede soltar ante los enemigos (o ante quien sea preciso). Sin embargo, su creador prefiere mantener la espectación (y el miedo) ante posibles funciones más allá de esas.


Cañón solar, Fábrica de Luz, Luminia:


Esta curiosa arma es una muestra más de hasta dónde puede llegar el dominio que los lumineses tienen de la luz. Mediante uno de sus célebres y eficaces sistemas de reflexión y aumento ópticos, la estructura cónica de su final recoge y amplifica la luz del ambiente, y la dirige a través del largo cañón hasta la boca sellada. En cuanto la palanca lateral la destapa, un rayo de luz dirigido sale con una intensidad inmensa de su boca. El aro de espejos sobre el recolector de luz puede dirigirse para aumentar la captación, y, sobre el mango, presenta una portezuela por la que se pueden regular las lentes, graduando de esta forma la potencia. Según sus creadores, que nunca desaprovechan la oportunidad de demostrar sus logros, puede lanzar rayos de luz de diferentes grados y consecuencias, desde deslumbrar hasta licuar. Muchos siguen escépticos ante los supuestos portentos de esta, por otra parte, magnífica civilización. Sin embargo, algunas exhibiciones que, gustosos, han hecho a los pocos visitantes de la suficiente importancia, han bastado para demostrar que, por lo menos, su poder militar es algo a tener en cuenta.


Pistola de repetición de la Guardia de la Ciudad, Armería del Ejército de Neoscientia:
 
 

Este modelo de arma de fuego es simple y efectivo, con una recámara para seis balas y una cadencia de disparo elevada. Además, es resistente y manejable, y su precisión es importante. Aunque está aún lejos de las últimas creaciones de los tecnimantes militares, la producción masiva de esta pistola, que la Guardia de la Ciudad ha tomado como oficial, ha incrementado en gran medida el poder militar de Neoscientia. Se fabrican con el escudo de la ciudad sobre el gatillo, pues su uso está limitado a las autoridades, pero no es extraño encontrarse con ejemplares ilegales en los que el emblema ha sido limado.


Máquina de guerra autopropulsada, "Monstruo", Armería del Ejército de Neoscientia:
 


Los Monstruos son poco más que una leyenda entre las tropas y los que guardan alguna relación con el Ejército, puesto que muy pocos han visto uno, y nunca han tomado parte en una batalla. Son unas enormes máquinas a vapor, acorazadas con planchas de acero y con un gran cañón regulable sobre su techo. Se maneja desde el interior, en el que caben varios ocupantes, que pueden disparar desde las portezuelas. Es veloz, mortífero, manejable y tremendamente resistente, aunque en terreno escarpado puede quedar prácticamente inutilizado. Se fabrican en los laboratorios que el Ejército mantiene en los niveles restringidos de los Subterráneos, en el más absoluto secreto. Sólo alguna vez se han sacado de la ciudad, por los túneles, para probarlos en campo abierto. Reúne la mejor tecnología de la Ciudad, y su coste es elevadísimo, pero parece acercar el sueño de convertir Neoscientia en un baluarte inexpugnable.