LOS ORÍGENES DE LOS ALMOGÁVARES

por Andrés Franco Martínez - Historiador -

Antes de comenzar siquiera a comenzar, he de decir que este estudio en modo alguno pretende ser definitivo, ni mucho menos sentar cátedra, ya se sentara ella cuando quiera, ya.

Bien con este trabajo pretendo, aportar una nueva teoría, que no se si arrojara alguna luz o por el contrario, mareara aun más la perdiz. (Aunque considerando la gripe aviar, lo del mareo es lo menos que le puede pasar a la pobre perdiz).

ÁMBITO DE ESTUDIO:

Para realizar este estudio, me he centrado en los territorios que componían la antigua corona de Aragón, pues el ámbito geográfico en el que aparece este “pueblo”, y en el que acostumbran a operar desde que aparecen en los textos conocidos, en otros territorios como Castilla, también aparecen guerreros con nombres similares pero su comportamiento es bien distinto, posiblemente tengan el mismo origen, pero ante la falta de datos, he decidido no incorporarlos a este estudio.

El marco cronológico abarca desde la Prehistoria hasta la Edad Media, ya que hay que retrotraerse en el tiempo para buscar el posible origen, toda vez que los comportamientos humanos, rara vez se dan como un fenómeno espontáneo, y casi siempre tienen unos antecedentes que los motivan.

El límite temporal lo marca, el episodio bizantino, documentado, por la crónica de Muntanér, de el he deducido algún dato que considero de interés, y que pudiera haber pasado desapercibido, al menos para mi, y que hago constar para una mejor comprensión del fenómeno almogávar.

El objeto de este trabajo, es el estudio del posible origen hasta la formación de la compañía, por lo que los hechos posteriores al episodio bizantino se escapan a él, no obstante amenazo con otro, que trate de averiguar más datos acerca de esta cronología.

ORÍGENES:

Todos sabemos la aventura que emprendieron aquellos guerreros pero, ¿Qué más sabemos de ellos? ¿De donde venían? Esta y otras muchas preguntas se nos ocurren a todos, pero lamentablemente hay muy poca bibliografía que nos hable de estos personajes, de su cultura material, de sus creencias, por lo que cualquier texto de la época hay que revisarlo con lupa, quizás se nos haya escapado algo, y además es lo único que tenemos. Fuentes que nos hablan de batallas y tratados, Reyes y territorios, sin dar importancia a las personas que participaron en los hechos. A nadie se le escapa que donde la historia dice: “y llego el rey y venció la batalla” debería decir el rey y sus ejércitos, compuestos por personas de las que ni una palabra se dice y que son las que ponen la cara, pues seguramente el rey ni siquiera desenfundo su espada. Que mal trata la historia a las personas que hicieron posible cada hecho narrado, acordándose solo de los poderosos. Si solamente los poderosos hubiesen participado en los hechos, ¡que corta seria la historia! (y que buenas notas tendría yo).

Sabemos de los almogávares que eran guerreros, que vestían como vestían, sus armas y tácticas de combate. . . y poco mas. Bien ¿hay algo oculto aquí? Yo creo que si:

Para empezar, ni siquiera el nombre es bien conocido, los traductores, brillantes en casi todo quizás obviaron, un uso más popular del lenguaje, uso que sin duda practicaron los hispanomusulmanes, (A modo de ejemplo, intentar traducir de una manera literal “este zapato ¿dará de sí? A cualquier idioma diferente al español, ya veréis que risas os pegáis a costa de la palabreja).

Yo defiendo el siguiente significado:

-al- determinante, traducido por “el”

-Mu, Mug: el que corre.

-Gabar, Hawir: fiero, valiente.

Bien así tendremos, al-Mughawir: el fiero que corre, que en una traducción popular será: el fuerte. (Todavía hoy a un tipo que corre cada día 15 o 20 Km. Le calificamos como de fuerte, “estas fuerte” le decimos, sin que esto tenga nada que ver con “ser fuerte” en alusión a los Kg. Que uno es capaz de levantar del suelo).

(Hay que tener en cuenta que para el musulmán de la época, la fortaleza física, no es una virtud tan admirada como para el mundo grecorromano, del cual es heredero el hombre medieval. Dentro del cristianismo tampoco es una virtud muy elevada aunque si recoge personajes que son tratados por esta cualidad, Sansón, aunque en otras ocasiones, es el fiel a Dios quien vence contra enemigos más fuertes, como es el caso de David contra Goliat. . El Héroe griego Hércules es el aglutinador de la admiración hacia personas dotadas de una fuerza poco común, Sansón también lo es, pero aunque su origen es próximo-oriental, no es objeto de seguimiento dentro del mundo musulmán.)

Las otras tradicionales derivaciones etimológicas las desecho por lo siguiente:

Muawir: el que trae buenas nuevas, evidentemente no traerían buenas nuevas, en lugar de eso, se van a dedicar a vaciar tu despensa, no, definitivamente, no.

Wir: el que roba en el campo, lo desestimo pues su fonética es, claramente más alejada de la que he propuesto: al- Mugwir, cada uno puede pensar lo que quiera, yo creo más acertada la primera.

Hacer descender el término almogávar de “Garamant” (tribu norteafricana de ladrones) tampoco es correcto, ya que el árabe de la época no utilizaría entonces el determinante “al” toda vez que ya sabe como nombrar al individuo, y lo haría como ya lo hizo en una población jienense: Guarromán, no al-Guarromán, en otras localidades de filiación claramente árabe como Alfambra, el determinante continua, en la primera, no, pues nunca lo tuvo.(Aquí debo dar las gracias a mi amigo Paco Oliver)


Aclarado el problema nominal pasare a otros.

Sus ocupaciones habituales, tampoco nos son del todo familiares: “pastores y agricultores, hechos a los trabajos de le tierra, ya que si no fuese así no aguantarían ese tipo de vida”; ya, ya, ya, entonces se me plantean unas cuantas dudas, bien, según Muntaner describe su estancia en la península de Gallipolis, durante un espacio de siete años, no lo olvidemos, no se menciona en absoluto un cultivo, ni un rebaño, nada, nada, que nos haga pensar que se practicase algún tipo de economía de subsistencia, ni mucho menos comercial, es más se describen los alrededores de sus bases como lugares completamente arrasados, ¿Puede un pastor olvidarse de su oficio de la noche a la mañana?, yo creo que no, sabemos que en algún momento compraron su avituallamiento, (en el episodio que se describen los pagos con moneda devaluada y la negativa de los comerciantes a aceptar tal moneda). Se ha especulado con la abundancia en recursos fruto de sus saqueos, y puede ser cierta, pero también lo es que padecerían, ciertas dificultades en poder adquirir todo lo necesario, por diversos bloqueos económicos, y además, la lógica impone, ante una estancia larga en un territorio enemigo, proveerse de los elementos más necesarios de una manera autónoma, y para pastores y agricultores, nada más fácil que hacer lo que siempre habrían hecho, cultivar y criar ganado, mano de obra no faltaba, toda vez que diversos pueblos los acompañaban, y hay además otras “alternativas”. ¿Por qué no se hizo? Evidentemente, no era su ocupación en absoluto, se pudo practicar en sus lugares de origen (estoy convencido de que así debió ser), pero de una manera ciertamente secundaria, como mal menor a la falta de campañas en las que participar. En la crónica de Desclot los almogávares son descritos como “aragoneses y catalanes y montañeses”. Nada dice acerca de una ocupación agraria. En el libro de los Hechos del Rey Jaime I, se nos relata la “contabilidad” de aquellas reses que “cambiaban” de manos, de musulmanas, a cristianas, también se hace eco de varias algaradas que se llevan a cabo para conseguir ganado, ya que el avituallamiento de la hueste era un problema de capital importancia, y estamos en la península, y además al mando estaba el poder de un rey y de su reino, cuanta mayor preocupación se habría de tener en un territorio hostil, con nulas posibilidades de aprovisionamiento en caso de necesidad, entonces lo congruente seria, como ya he dicho, procurarse algún tipo de fuentes de alimento seguras y más o menos permanentes, si no lo hicieron fue sencillamente porque esta no era su ocupación, esto no entraba en su cultura; Mi padre fue pastor en buena parte de su vida, y con las anécdotas que me relato, fui capaz, de “capitanear” un ejército lanar en un par de ocasiones sin mucho problema, (la vida nos coloca en curiosas circunstancias), ahora bien si yo fui capaz de llevar con éxito esta complicada misión, cuanto mejor debieron hacerlo unas gentes que practicaban su oficio, y sin embargo no lo hicieron, definitivamente este no es un componente de su cultura, no, si alguna vez lo llevaron a cabo seria por una necesidad imperiosa, ya que “sus labores” son muy otras.

En cuanto a la vestimenta podemos decir varias cosas.

Se vestían con pieles de fieras que ellos mismos cazaban, y me pregunto yo ¿Acaso no eran pastores? ¿No resultaría más cómodo vestirse con pieles de los animales que pastoreaban? ¿No podrían cambiar los productos del pastoreo por tejidos? Evidentemente si y posiblemente lo hiciesen. Entonces ¿porque corretear por el monte con la insana pretensión de, desvestir, a los animalitos que por allí pasaban sin hacer daño a nadie? Además sus ropas de “combate” unas antiparras, y una camisa, no parecen sacadas de ninguna fiera. Las pieles de fieras las utilizarían para abrigarse (un invierno en las sierras de Aragón podría congelar a cualquiera, sin una protección 20º bajo cero es más frío del que tendréis en el congelador de vuestra casa ) Las pieles de estos animales, además de protección contra el frío cumplían otra misión, son pieles de “fieras” (lobos, osos, jabalíes, y otras por el estilo) esta manera de vestirse no es exclusiva del almogávar, muchos pueblos lo han hecho, pretendiendo de paso “adueñarse” de las propiedades del animal dueño de la piel, esta costumbre nos habla de unos ritos mágicos, anteriores al cristianismo, que ellos mismos practicaban, (No olvidemos la crónica de Muntanér) por lo que sus costumbres, vienen de muy atrás, y además las mantienen, quizás en una mezcla de creencias. Este sincretismo religioso es practicado hoy todavía por varios pueblos, como santeros y chamanes sudamericanos.

Las antiparras no deben confundirse con algún instrumento que tapase la cara, en Aragón esta palabra designa una especie de zahones que tanto protegen la pierna de la vegetación como del frío. Además esta prenda nos da una pista acerca del origen de estas gentes: en los abrigos rocosos de las serranías donde podemos encontrar restos del llamado “arte postpaleolítico” veremos como cada vez que se representa un varón viste estas prendas, no voy a citar ejemplos pues en cualquier fotografía, o ¿Por qué no? En alguna visita a lugares donde se conserve este tipo de manifestación artística se puede apreciar. Ya sabemos algo más.

De lo poco que sabemos de nuestros antepasados, si que podemos intuir que practicaban dos tipos de caza una culinaria y otra ritual, pues tenían la creencia de que ciertos animales poseían unas cualidades mágicas: los lobetanos (habitantes de las serranías de Albarracín, mas o menos) eran así llamados por rendir “culto” a Lug, antigua divinidad celta, que era representado por un lobo, animal que era cazado de manera ritual, ( aquí para ser exacto he de decir que los estudiosos del tema definen este animal como un cánido, efectivamente es todo lo que lo que permite aseverar la pintura pero yo me pregunto ¿Qué otro cánido de tamaño regular hay en la península? Un zorro sería reconocido de inmediato por la cola y el perro ya sería un animal doméstico ¿Por qué cazarlo?, ya que todas las escenas hacen referencia a la caza) Según muestran sus escasas apariciones en este arte y su posición en las escenas en las que aparece representado. Sabemos que los antiguos vascones, practicaban sacrificios de caballos, y que bebían su sangre, en un culto solar o de alguna deidad guerrera

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La Iglesia cristiana prohibió las “mascaradas”, (no confundir con el carnaval, este se da cuando la celebración pierde su carácter mistérico, y se convierte en una celebración festiva) muy arraigadas en la península, en ellas los celebrantes se disfrazaban de ciervo, toro, lobos u otros animales; estas celebraciones tienen un carácter ritual. Según San Paciano ( San Paciano, S.IV Obispo de Barcelona, autor de varias encíclicas en contra de los rituales paganos en la Hispania de su tiempo) el ciervo, tiene un carácter sexual, (vamos que se disfrazaban de ciervos y luego se dedicaban a practicar una unión sexual ritual…ejem), el toro, propicia una celebración sobre los primeros días de mayo en la que los varones se disfrazaban de tal animal, peleando entre ellos, el ganador escogía una chica, después todos lo hacían según el lugar en el que las peleas los hubiesen colocado, y se “unían” formando parejas que continuaban como tales hasta noviembre. (Y después si te he visto no me acuerdo, estas dos celebraciones las realizaban los antiguos hispanos, no quiero decir que los almogávares las continuasen practicando, no tengo datos al respecto, cada uno que piense lo que quiera, mentes lúbricas y calenturientas). Según Marcelo 152 a.C. los heraldos se vestían como los lobos

En la cerámica de la provincia de Teruel, (Terra sigillata hispana) S. I y II hay un hombre con cabeza de ciervo, también hombres disfrazados de lobos.

Hay muchos más ejemplos pero no pretendo agobiar al respetable hasta la extenuación.

Lo que ha quedado, espero, claro es que en la antigüedad hispana vestirse con pieles de animales, tiene además del uso propio de la vestidura, un carácter mistérico y ritual, creyendo que con esta práctica, se adquirían las propiedades que se atribuyen a determinados animales, cualidades animales que van más allá, de las apreciables a simple vista, por ejemplo el toro en muchas culturas simboliza al Sol, por eso su muerte es un ritual de fecundidad, ya que el Sol tenido como deidad, es el responsable de la vida en la tierra, y las personas que visten su “disfraz”, se entregan a ritos fecundatorios (ejem… otra vez).

Ya tenemos unas pistas acerca de la identidad de los antepasados de los almogávares, ¡los nuestros! Es decir aquellos pueblos celtíberos que habitaban en las montañas de Aragón, Cataluña, Valencia, Albacete, y hasta Almería, (sin olvidarnos de Murcia).

Añado que en las ocasiones que aparecen cazadores, refiriéndome al arte postpaleolítico, en la cabeza se puede apreciar un peinado o un tocado que recuerda al “salvacollejas” (collada) del gorro almogávar, prenda para la que la historiografía no encuentra explicación, yo creo que muy bien pudiera ser ese “complemento” del tocado, toda vez que no hay otra prenda que la recuerde, ni siquiera vagamente. En otras ocasiones muestran cuerpos decorados con pinturas o tatuajes. Por restos arqueológicas encontrados en enterramientos (unas plaquetas decoradas que, de manera esquemática muestran el rostro, y que al ser diferentes, hacen pensar en “retratos”) sabemos que la cara también era soporte de decoración, bien pintada, bien tatuada.

Estos restos tienen una antigüedad estimada, de difícil interpretación, pues hay diversos estudios que las datan en unos 5.000 años antes de Cristo, y otros los remontan a la edad del cobre como muy tarde, aunque este dato puede verse alterado por la aplicación de técnicas de datación. (Cuando me entere ya os lo diré). Su utilización llega a la época del hierro en muchos casos, y en algunos se inscribe en plena ocupación romana, con inscripciones en Latín, en todo caso muy cercanas a nuestra era, o quizás dentro de ella (Abrigo de Cogull, Lérida). Como veis las costumbres de aquellas gentes perduran hasta épocas “cercanas” a nuestros almogávares, pero hay otros datos sorprendentes, que desvelare mas tarde.

Podemos inferir que las costumbres de estos celtíberos fuesen las que siguiesen los almogávares, pues parece probable que unos fuesen antepasados de los otros.

Parece necesario aquí, hacer un inciso para describir, someramente el panorama demográfico de la península en épocas prerromanas:

En la cartografía que podemos estudiar, según los romanos, la población se hallaba dividida en tribus, que en un principio, pueden sugerir diversidades étnicas, y culturales. Profundizando un poco más lo que se advierte que se pueden reducir a tres los grandes grupos culturales: de N. a S. Celtas, Celtiberos e Iberos, todo ello a modo muy general, aunque yo soy de los que opinan que estas diferencias serían de matiz más que de otra cosa, ya que los restos arqueológicos demuestran una cierta unidad cultural (si se compara con otras zonas, la península itálica sin ir más lejos). Dentro de cada uno de esos grupos existirían unas ciertas singularidades tribales, que no serían impedimento para prestarse ayuda mutua cuando las circunstancias así lo exigieran, el episodio numantino así lo demuestra, al acoger Numancia a otras dos tribus, al menos, Belos y Titos, siendo Numancia una ciudad Arévaca, esta práctica de acogimiento demuestra los profundos lazos que debieron existir entre esas tribus, (cualquiera puede imaginarse que ante un largo asedio, el hacinamiento de personas, es algo poco deseable, pues la escasez de víveres y agua sería mas dramática y se produciría antes que si la ciudad contase con sus defensores habituales, ya que las reservas estarían calculadas en función del número de ocupantes habituales).

El ejército de Lúpulo (general romano) ataco a los vacceos, pues creía que aprovisionaban a los numantinos, bien sea cierto o no este aprovisionamiento, de lo que nos habla es de un mundo hispano, no tan dividido, ni tan compartimentado y aislado como la noción general puede transmitir. (Estos y otros datos se pueden constatar en Apiano Iber .).

En cuanto al carácter, simplemente diré que es descrito de modo general por Valerio Máximo quien describe al ibero en conjunto, sin hacer distinciones según el origen tribal ni geográfico, por cierto este carácter es bien parecido al que se atribuya a los almogávares.

Así las cosas me atrevo a decir que el mundo peninsular a la llegada de Roma es una “unidad desunida” con posibles conflictos entre cada grupo tribal, (exactamente, como hoy) pero con un fuerte sentimiento de ayuda ante un ataque exterior y ante cualquier otra vicisitud, (esto ya no lo tengo tan claro). Por lo que necesariamente como ya he dicho las diferencias tribales serian más de matiz que de otra cosa.

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Hay otra costumbre o mejor ritual que practicaban aquellos celtíberos que parece emparentarlos con los almogávares, me refiero al ritual que seguía el pueblo íbero para la fabricación de sus espadas, en el que el hierro era dejado a la intemperie hasta que el oxido se mostraba en el, después se fundía y se volvía a dejar oxidar, así hasta tres veces. Con este procedimiento (del que tenemos noticias gracias a historiadores romanos) se conseguían dos cosas, por un lado un hierro de mejores cualidades que el de los romanos, (hecho que se conoce por diversas fuentes romanas) y por el otro algo más importante, así se creía que se le quitaba al hierro su naturaleza muerta y se le daba vida, los almogávares despertaban al hierro antes de cada combate, ¿Por qué despertar a algo inerte?, evidentemente porqué para ellos no lo era, sencillamente el cortell estaba dotado de vida y había que despertarlo para que cumpliese su trabajo.

Por otra parte, la estructura política de la sociedad celtíbera si que puede parecerse al sistema de elección de jefes de los almogávares toda vez que en aquella parece haber un sistema senatorial y democrático, anterior a la ocupación romana, donde se pueden apreciar similitudes a las votaciones realizadas para la elección de los adalides, así como una clase “noble” en los dos pueblos,(Rocafort despierta desconfianzas por su origen humilde, y es preferido otro jefe por su origen noble aunque había demostrado menores cualidades como estratega). Hay que tener en cuenta que la sociedad medieval es feudal, y los derechos de nobleza y por ende de jefatura y acceso a la riqueza, se heredan por nacimiento; los almogávares al contrario contemplan el sistema mixto de nobleza y democracia propio de sociedades como la celtíbera.

Hasta aquí he encontrado unas similitudes, para mí, al menos sospechosas.

Hay no obstante, elementos de la cultura material y de estrategias que son diferentes en los unos y los otros, estas diferencias bien pudieron ser fruto de una lógica evolución, aunque tampoco hay que despreciar la idea de donaciones culturales, materiales e incluso demográficas con otros pueblos próximos. Ahora describiré a los que considero como posibles “donantes”:

Alrededor del año 400 de nuestra era en Europa ya han aparecido nuevos pueblos, y uno de ellos, el franco, bien pudiera ser el donante que buscamos, ¿porqué?, bien, los francos eran descritos como un pueblo guerrero de origen incierto y que mas bien parecen una amalgama de varios de ellos. Estos guerreros “ no utilizan armas defensivas ni siquiera un casco, se cubren la cabeza con un gorrillo hecho de tiras de cuero, sin ninguna utilidad en el combate, y luchan con un cuchillo espantoso, mas propio de carnicero, además de una jabalina que no suelen arrojar a la que llaman “franc” palabra que en su idioma significa además, libre, pues basan su libertad en su capacidad para la guerra, para la que están perfectamente educados, practicando poco y mal otras actividades como la agricultura e incluso el pastoreo, no pelean a caballo aunque son buenos jinetes, pues como pueblo nómada su desplazamiento es constante y se ayudan de este animal para ello, al enfrentarse al enemigo aguardan a cierta distancia quietos y arrojan, cuando lo tienen a su alcance, unas pequeñas hachas, con las que causan el desbaratamiento de las filas enemigas, matando incluso a los caballos, por el poco aprecio que hacen de ellos ”( Las invasiones del siglo V. 2ª Edición, refundido de literales)

Bien, las similitudes son, cuanto menos sospechosas, además en fechas muy tempranas hacen incursiones el la península, accediendo a ella por los pirineos centrales y orientales.

No seria extraño que en sus correrías hubiesen encontrado a aquellos celtíberos, y dados los parecidos de ambos pueblos, hubiesen iniciado una vida en común en la que cada uno de ellos hubiese tomado prestada parte de la cultura del otro.

Las costumbres que se conocen de ambos indican una buena predisposición para aceptar a otros pueblos, siempre y cuando no pretendiesen ninguna imposición, por lo que creo que en caso de una posible hibridación cultural, la mezcla de los dos, es la que da origen a la nuestros almogávares. Aunque tampoco seria descartable un origen totalmente hispano, ya que el pueblo franco se dirigía por una nobleza de sangre, que es de donde surgen las jefaturas, como cualquier pueblo germano, en el caso del almogávar, la herencia sanguínea si se reconoce pero no es impedimento para escoger un jefe cuyo origen no sea “noble”, hecho poco probable, en los pueblos germanos. La hibridación cultural, si es que se produjo, debió causar más impacto en la cultura franca que en la celtíbera, e lo que podemos deducir un aporte demográfico mayor del componente celtíbero que del foráneo, sea cual sea este. La opción del pueblo godo la desestimo por varios motivos:

-Es un pueblo que, amparado en el acuerdo con Roma viene a instalarse en la cúspide de la pirámide social. Es poco probable que siquiera un pequeño grupo de ellos se mezclase con la población autóctona, y menos para seguir ese tipo de vida, pudiendo disfrutar de las comodidades que les ofrecía el tipo de vida que al final adoptaron. (La realidad es que su “trabajo” es desalojar la península de Suevos, Vándalos y Alanos dejando un efectivo gobierno romano en la península, pero “decidieron quedarse” ante la falta de reacción romana, hechos consumados que Roma no tuvo más remedio que aceptar).

-Si bien ellos conocían y practicaban un sistema democrático para la elección de sus reyes, los elegidos pertenecen a una élite, no cualquiera puede ser elegido rey. Los almogávares practican una suerte de elección “universal”, hecho que se comprueba al ser elegido Rocafort como jefe, ante el regreso de Entenza, surgen dudas dado el origen del primero.

- Tanto sus tácticas de guerra como el resto de elementos de cultura material, e incluso espiritual, que de ellos conocemos no hacen pensar en ser los antepasados del almogávar.

En el 418 de nuestra rea, los Visigodos son asentados, según pactos con Honorio, en el S. de la Galia, desde Toulouse, hasta el Atlántico, entre sus misiones, esta la de combatir el bandolerismo rural, la bagaudia, del sur de la Galia y del Norte de Hispania, pues este movimiento fue capaz de originar revueltas de entidad desde el 435, hasta el 454 fecha en la que fueron “aplastadas” por Teodorico. Para tener constancia de estos combates en fecha tan temprana, y por alguien no muy dado a poner sus asuntos por escrito, como los visigodos de la época, debemos inferir que estos combates fueron de una entidad “suficiente” como para ser detallados.

En esta “bagaudia” pudieran parecer estar los orígenes del almogávar, pero creo que no, ya que estos movimientos fueron creados como respuesta al fisco romano, por lo que comportamientos atávicos como vestirse con pieles de fieras, y el ritual del “desperta ferro” no tendrían mucho sentido, si es cierto que estos movimientos parecen no desaparecer del todo, ya que episodios posteriores de estas bagaudias aparecen con posterioridad, aunque no tengo datos para afirmar si se trata de movimientos diferentes denominados de la misma manera, o por el contrario son pervivencias en el tiempo de estos grupos, recuperados del ataque godo.

Ahora bien existen episodios históricos que me hacen pensar en un origen netamente celtibero del fenómeno almogávar, (… en aquellas capas de la población, a menudo las peor romanizadas, renacen en el S. V diversas barbaries indígenas, estilos de vida, arte, lengua, instituciones anteriores a la conquista romana… diversos según los países… expansión de los vascones en algunas áreas…Los provincionalísmos, costumbres y tipo de doblamiento se perciben en Galia e Hispania. Es una “retrogradación de la contextura vital” ( Sánchez Albornoz) (Ladero Quesada: Historia Universal. Edad Media).


Ahora comienzo a comprender mejor este tipo de comportamiento, ante la desaparición de la presión social y geográfica del imperio romano, aquellas culturas que, siendo anteriores, habían permanecido relegadas, a situaciones marginales, eclosionan (como las flores en primavera) y se hacen visibles. Las poblaciones, ya no tienen impedimento cultural o militar para hacerlo, además la cultura romana, ya no da soluciones ante los nuevos problemas de un mundo que se ha “barbarizado”, esta situación implica una degradación de la cultura, del comercio, de todo lo que la vida del imperio ha logrado imponer, y las gentes buscan la mejor solución ante estos nuevos problemas, que realmente no son tan nuevos, si no que suponen una cierta vuelta a situaciones anteriores al imperio, aquí los comportamientos anteriores creo que debieron resultar, útiles y dar respuesta a los problemas que surgían, por lo que los grupos que adoptan estas formas de vida, pudieron encontrar una mejor adaptación a la realidad del momento.


Este es el origen que defiendo a los grupos almogávares, culturas celtibéricas, que, en un renacimiento motivado por la realidad social, se prolongan en el tiempo, hasta bien entrada la Edad Media, y que son conformes, en vestimentas, y actitudes ante la vida con el comportamiento almogávar, culturas que dan respuesta a una realidad violenta, como la medieval, con comportamientos guerreros (prácticamente en exclusiva), como mejor modo de subsistencia, y que olvidan otros comportamientos de la cultura celtíbera, dado que el mundo en el que viven ya no es el mismo, y se encuentran con grupos que han adoptado distintas soluciones ante esta “nueva” situación, por lo que el renacimiento cultural celtíbero pleno ya no es posible.

Estos grupos, es cierto, pudieron tener contactos e incluso, hibridaciones con grupos de otros pueblos (ya he mencionado antes a los francos) pero creo que el componente celtíbero es el dominante en los grupos almogávares, sin descartar en ningún momento, como ya he dicho, pequeñas aportaciones demográficas e incluso culturales, de pueblos con los que hubiesen tenido contacto, pero que a diferencia del resto del territorio no llegaron a dominar al elemento indígena, fundiéndose y siendo donantes de algún aspecto cultural, pero aceptando la cultura celtíbera como dominante.

Bien ahora estamos instalados alrededor del siglo V de nuestra era, ¿Qué paso después? A partir de aquí podemos encontrar de manera “más fácil” alguna documentación escrita que nos aclare algo más, ya, pues no es así exactamente, no.

Las fuentes que yo he podido encontrar (al menos) no hacen ninguna referencia al tema, por lo que habrá que entresacar información que pueda permanecer “escondida”, este proceso no es extraño a la investigación histórica, la Historia es una caja que contiene muchas piezas de distintos puzzles, en algunos casos tenemos la foto del final y en otros no, por lo que hay que encajar las piezas con sumo cuidado tratando de que ninguna quede forzada ( en ese caso seguro que no esta bien puesta). Es un proceso delicado pues el error esta muy cerca siempre, pero tampoco es cuestión de acobardarse y no hacer nada, (es la mejor manera de no fracasar, no hacer nada) hay que colocarlas con valentía y sin temor al ridículo, (ya que cualquier, nuevo aporte documental, puede dejar un estudio de doctorado en un panfleto sin valor) pero con cuidado y tino. A vosotros os toca “juzgar” mi tino.

Como el campo de acción más conocido de los almogávares, es el Reino de Aragón, hasta ahora me he circunscrito a el para mi búsqueda, a partir de aquí, también. He de decir que defiendo un origen nuclear, pues la similitud de costumbres y usos conocidos así me lo hacen creer, si su origen fuese dispar, es lógico deducir que los conflictos a la hora de tomar sus “democráticas” decisiones, serian moneda común ya que el pueblo mayoritario intentaría imponer sus usos a los demás, y que estos en alguna ocasión hubiesen apelado a costumbres propias, originando conflictos que sin duda hubiesen sido recogidos por Muntanér. Esa unanimidad en la manera de tomar decisiones (aun contando con la disparidad de opiniones) me indica un origen común de al menos la gran mayoría de ellos.

La referencia más antigua que he encontrado para un pueblo con “dudas más que razonables para definir su identidad” no fue en los textos “cristianos”, los textos musulmanes me proporcionaron cierta información acerca de un pueblo “inquietante”:

…Luego se llega a la región de Murcia, luego a la de Valencia, luego a la de Tortosa, que es la última de las ciudades que esta sobre el mar, luego se une por el mar con el país de Alafranc, y por la parte de tierra con el país de Alchascas, que es país de guerra y pertenece a los cristianos; luego se une con el país de los Bascones, que también pertenece a los cristianos , luego con el país de los gallegos que también pertenece a los cristianos…( Istahari 915-920. Traducido por Fco. Codera. Boletín de la Real academia de la Historia, Madrid 1906)

Desde Guadalajara hacia oriente, a la ciudad de Zaragoza que es de las mayores ciudades de la frontera de al Andalus sobre un río llamado Ebro y al norte de ella una ciudad llamada Tudela, frente a la tierra de los llamados bascones y al norte de la ciudad hay otra llamada Huesca, limítrofe de los francos de una clase llamados Chascas. (Jacubí 916. Fco. Codera. Los Límites.)

En estos dos textos de autores musulmanes, de finales del S. X encontramos referencias a un pueblo llamado “Chascas”, en el segundo además les llama “francos”, esta denominación creo que no viene a apoyar la tesis del hibridamiento en cuanto a la génesis del almogávar, toda vez que los musulmanes llamaban “francos” a cualquier enemigo que no conociesen nominalmente.

La historiografía identifica el país de al Chascas con Jaca. Yo creo que esa identificación es errónea, por diversos motivos que expongo a continuación:

_ Los alrededores del año mil, trataron bastante mal a la bella ciudad de Jaca, que tuvo mejores momentos, y afortunadamente los tiene. En un documento de compra-ventase expone que:

Urraca Jiménez, compra varios bienes en Biescas a Bellido, judío mayor del castro que se llama Jaca…1020-1030 (Antonio Ubieto, Textos medievales ).

La definición de la entidad de población, castro, nos habla claro de la poca población que en esos momentos tendría la hoy ciudad. En el S. X sus límites quedarían inscritos en un área limitada por las siguientes vías:

Desde la puerta de San Gines, hacia la Av. / Oroel hasta el torreón de las monjas, hacia la puerta Nueva por la Av. / Jacetania hasta la misma puerta, la calle siete de febrero, la calle Gil Berges, y calle de la puerta Nueva, un pequeño espacio de lo que hoy es esa bella ciudad

Lógicamente definir a todo un país por un pequeño castro no sería muy lógico, por lo que necesariamente deberemos buscar en otro lugar.

Y que nadie piense por un momento que el mundo musulmán no entiende de ciudades, es precisamente un mundo de ciudades, por si alguien tiene dudas, le remito a los dos textos anteriores, en ellos verá descritas varias ciudades de fácil identificación hoy en día.

Por otro lado la definición de “país de guerra” que hace Istahari, no correspondería con la guerra que se pudiese mantener con un país cuya capital fuese un pequeño “castro”, “pequeño país de pequeñas escaramuzas” hubiese sido más acertado. Pero aún así tampoco es en Jaca donde debemos buscar esas guerras, ni considerar a esas guerras con conflictos armados fronterizos, ya que en la realidad peninsular de la época, entendería a estos conflictos como algo normal, toda vez que los conflictos no son exclusivos de los cristianos y musulmanes, se extienden a cualquier combinación de ambas palabras (cristianos contra musulmanes, musulmanes contra cristianos, cristianos y musulmanes contra cristianos... la lista si se agota es extenuante), por esto pienso que “pías de guerra” debe necesariamente referirse a otro concepto, a modo de aclaración diré que siempre hemos pensado en una guerra “perpetua” entre el mundo cristiano y el musulmán, hasta la aniquilación de este último, así nos lo han hecho creer, nada más lejos de la realidad, las alianzas entre cualquiera contra cualquiera son constantes, ni los más famosos caballeros del “lado” cristiano tuvieron reparo alguno en servir a reyes musulmanes si la situación o el sueldo así lo aconsejaban, ni los reyes cristianos sufrieron mucho por atacar a otros iguales, en la defensa de un vasallo musulmán.

Además no es este el lugar donde buscar conflictos armados.

Los dos escritores ubican perfectamente el país de los bascones, identificándolo sin error con el reino de Navarra, (aquí ago un inciso para advertir de la continuidad el término vascón, claramente prerromano, por si alguien duda de la posibilidad de costumbres, y denominaciones aún pasado mucho tiempo) pues bien ¿Que estaba pasando en ese reino y en ese lugar en la época?, pues que reinaba, no se si felizmente, o no, pero reinaba Sancho Garcés I, (915-925) que en la época conquisto desde Nájera, hasta Tudela, la tierra de Degio, sometió Arba, y tomo todo el reino de Aragón, ( José Mª. Lacarra, “Estudios de edad Media de la Corona de Aragón.)

Alguien podría pensar que la guerra de la toma de Aragón es la que se refleja en los textos de Jacubí y de Istahri, lo cierto es que el condado de Aragón fue tomado en el 922 fecha claramente posterior a las que se estiman para los dos geógrafos, pero añado más datos de la época, existe un documento en el que se relata la entrega de una carta y varias posesiones, por parte de Sancho Abarca, a un tal Abengualit, como pago por la ayuda en la toma de Ailón (Uncastillo). Bien esa carta esta fechada en 931, pero esa fecha debe de ser tomada como un error, o bien, una copia tardía de un original o, una realización tardía de un encargo, pues Sancho Abarca debe ser considerado como Sancho Garcés I. y no debe de confundirse con Sancho Garcés II (970-994) el error viene dado por la denominación que nuestra historiografía hace de Sancho Garcés II. Como Sancho Abarca, denominación que en la época debió alcanzar a Sancho Garcés I. Para corroborar estas deducciones, me apoyare en otro texto: … en 916, fue muerto un personaje llamado Ibn-Walid en Huesca, el supuesto traidor de Uncastillo se llamaba igual. ( Antonio Ubieto, Historia de Aragón).

Lo que nos habla de varias cosas, en primer lugar de que en la fecha de realización de los dos escritos de los geógrafos musulmanes, Huesca estaba en manos musulmanas, y la “guerra” se localiza en Uncastillo, hecho que se refleja en el texto de Jacubí que hace mención a Huesca pero no a conflicto alguno.

La normalidad de relaciones entre Cristianos y musulmanes llegaba a los extremos que habéis podido intuir, un gobernador musulmán, entrega su ciudad a un rey cristiano a cambio de varias posesiones y una “carta”, en el texto no se habla de que fuesen las condiciones de una posible rendición, ni siquiera de la posibilidad de un encuentro armado, pero deberemos intuirlos, pues nadie (en su sano juicio) renuncia a un cargo de gobernador de una cuidad, a cambio de alguna posesión, ya que debería ser forzosamente, más valiosa que la propia ciudad. Y no parece que sea el caso. Además después de entregar la ciudad sin que mediase lucha, nadie (en su sano juicio), buscaría alojamiento en otra ciudad musulmana, pues la acusación de traición parece, cuando menos, razonable. Así las cosas deberemos deducir que Ibn-Walid, después de un asedio más o menos largo, decidió rendir la ciudad al rey Sancho Garcés I. posiblemente ante unas honrosas condiciones, que incluirían, las donaciones mencionadas, y que después, y con la conciencia tranquila, se dirigió a otra ciudad musulmana, para pedir asilo o instrucciones, pero que al llegar a ella, se vio acusado quizás por entender sus correligionarios, una posible falta de celo en la defensa de Uncastillo, sospecha agravada por las donaciones, que pudiesen ser interpretadas como la prueba irrefutable de una corrupción para aumentar su patrimonio personal.

Estos datos son importantes para comprender que:

- El mundo musulmán comprende la geografía, e identifica sin error la actual Navarra, con el reino de los vascones.

-Que en los precisos momentos en los que se escribieron las crónicas que menciono el rey de Navarra; Sancho Garcés I. desplegaba un ambicioso programa expansivo, si bien no había inquietado a Huesca. Ni a la parte norte de esta, es decir al reino de Aragón.

-Que Jaca mal podía ser considerada como un núcleo mayor de población, pues las fuentes nos la refieren como “castro”.

-Que las referencias a “país de guerra”, no deben ser tomadas como guerra entre musulmanes y cristianos, toda vez que he demostrado que en el reino bascón, (la actual Navarra) si que había una actividad bélica evidente, ignorada por los autores, aunque debió ser notoria dado el potencial demográfico y económico del reino de Navarra, sobre todo comparado con el del incipiente Aragón.-

Por todas estas razones creo que se debe buscar este “país de guerra”, en otro contexto geográfico.

Para ello analizaremos los textos de Jacubí y de Istahari.

En los dos encontramos similitudes estilísticas, como el empleo de la expresión “y luego” para definir un cambio de ciudad, es decir se desplazan utilizando esta expresión. Los dos además realizan una breve reseña de una ciudad y no de otras, lo que hace pensar que es a partir de ellas desde donde describen la situación geográfica de las demás, y aquí es donde creo que se da el error;

-Jacubí establece como “centro” la ciudad de Zaragoza, dedicándole una breve descripción, y a partir de ella sitúa el país de los “francos de la clase chascas” en el Pirineo, mas o menos lindante con la ciudad de Huesca o del territorio controlado por ella, pero nada dice de guerra, quizás porque no esta incluida dentro de los dominios musulmanes, o porque desconozca tal circunstancia.-

- Istahari, hace lo propio pero con la ciudad de Tortosa, a la que también significa con una pequeña descripción, continuando hacia el norte y después hacia el oeste, lo que pudiera dar a entender, que ese “país de guerra” se encontrase en el Pirineo. Pero, y creo que aquí esta el error, al describir, Tortosa la toma como centro y desde ella es desde donde describe los territorios circundantes, por lo que el enigmático país no se debe buscar en el Pirineo, más bien al Oeste de Tortosa, en el actual Maestrazgo, denominado así por los freires de la orden de Montesa, pero algo más al sur, esas estribaciones ibéricas todavía conservan un nombre significativo “sierra de Gudar”. Todos habremos escuchado la palabra “gudari” incorrectamente traducida como “soldado vasco”, el sufijo vasco –i- hace referencia a “persona que realiza la acción que indica el verbo antepuesto”, por lo que su traducción correcta es: “persona que hace la guerra”, de manera que literalmente la sierra de Gudar, es en castellano: “sierra de Guerra” por lo que con estos datos no encuentro duda, Istahri no se refiere en ningún momento al Pirineo al describir este país de guerra, lo que describe son las estribaciones del sistema ibérico conocidas hoy como Maestrazgo y como, todavía, Sierra de Gudar. En la crónica de Desclot se describe la extensión de la ciudad de Albarracín con ocasión del sitio al que la sometió Pedro II, y de ella dice que es una ciudad independiente, y que linda con cuatro reinos: Aragón, Valencia, Castilla y Navarra, el país de Bascones que recoge el geógrafo se identifica sin lugar a dudas con Navarra, además hay que anotar aquí que la ciudad de Albarracín permaneció hasta ahora en lo que se puede denominar como “órbita navarra”, a esta luz se puede contemplar mejor ese país de guerra e identificarlo con las serranías antes descritas-.


En cuanto a la definición “de guerra” creo haber demostrado que no se refiere a que en ese momento se den conflictos bélicos o no, más bien es otra cosa;

Creo que nos acercaremos más a la realidad que se pretende describir, si cambiamos “guerra” por “guerreros”, “país de guerreros” es decir un lugar donde la actividad más importante se a la guerra y no ninguna otra, guerreros que siendo cristianos no estarían bajo la bandera de ningún “bando” sino de la suya propia, unas gentes cuya ocupación fuese la guerra, no por religión, no por territorios, no por banderas ni fidelidades feudales, la guerra como forma de vida, mercenarios como oficio, como cultura, como forma de sobrevivir libres en aquel convulso y violento mundo, como forma de responder a la violencia ejercida por el poderoso contra el débil, gentes que como primeras letras, recibiesen el ABC de la esgrima de las armas que utilizaban, niños que participasen en las campañas desde su más tierna infancia, familias que se desplazan a las guerras promovidas por otros, pero peleadas por ellos, sin un campamento que defender, cuyo hogar fuese un campamento militar, cuyo “jardincito” de juegos, el campo de batalla, cuyo sustento fuese la soldada, el botín, y aquello que muertos y heridos, pudiesen extraviar…y todo esto sin esperar ninguna cosecha, ningún nacimiento de retoños de animales pastoreados, sin raíces profundas, pero con un fuerte sentimiento grupal, con un fuerte apego a sus compañeros, a sus tradiciones, a lo acordado, conscientes que en ese mundo de poderosos, ellos son los más fuertes mientras se apeguen a sus ancestrales prácticas de vida, a diferencia de aquellos que ya han olvidado quienes fueron, pero que ahora saben lo que son: siervos, el último escalón de una sociedad injusta, los más débiles, los oprimidos por un sistema que los utiliza, que los necesita, pero que los mantiene subyugados por el terror y la violencia.

Esta es una mejor definición de lo que se espera encontrar en un “país de guerra”, no un “país en guerra”, hay que apreciar la diferencia de matiz si se quiere, pero tremendamente importante, en uno se desea la guerra, en el otro no pero se practica por diversos motivos. Creo que esta diferencia no se le escapo a nuestro geógrafo.

Ahora bien, la historiografía no recoge ningún pueblo denominado Chascas en la península, ¿Quines eran estos grupos?, he encontrado dos citas literales que, creo, son aclaratorias acerca de su identidad:

“…Cisclan, i, Bascon qe son d´ Aran. (La Chanson de Sainte Foi d´Agen, “Les classiques français du moyen Age” Los clásicos franceses de la Edad Média) .

«…Por ese tiempo se hacia muy gran guerra a los moros, que estaban en la región de los Edetanos… se ganaron Fabara, Maella, Mazaleón, hasta Cantavieja y Val de Jarque… Y vino a esta guerra don Pelay Pérez, maestre de la caballería de Santiago, y estuvo en Montalbán en frontera contra los moros. Esto fue en el año 1169…” (Zurita. Anales, edic. Ubieto Arteta Libro II).

Acerca de este segundo texto hay que decir que existen, varios interrogantes acerca de la creación de la Orden de Santiago fechada según varios historiadores en 1170, la donación de Montalbán, que fue hecha por Pedro II de Aragón el 13 de Junio de 1210, (Documento Original en el Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares.) .

Además en la expresión “Edetanos” también encontramos elementos de duda, sabemos que las poblaciones autóctonas poseían cierta movilidad, expandiéndose, o bien, replegándose según las circunstancias del momento, pero teniendo en cuenta eso, la tribu de los Edetanos, se localiza en un área que coincide aproximadamente con el actual Alicante.

El error creo que viene motivado por que el traductor se encontró con una grafía parecida a esto: “LOSSEDETANOS”, e interpreto el artículo como “loss” creyendo encontrarse ante una doble ese, o una ese geminada, propia del valenciano o del catalán actual, sin embargo concuerda más con la distribución geográfica clásica, y con la ortografía la traducción “ LOS SEDETANOS” pues efectivamente los Sedetanos si que se documentan en una zona próxima a la que se hace referencia, en cualquier caso esta apreciación no es del todo importante para el tema que nos ocupa, lo realmente importante es que se hacen dos referencias a dos pueblos antiguos en plena Edad Media, que serian restos de aquellos renacimientos del S. V a los que antes me he referido.

No debe extrañar que pasados varios siglos se encuentren todavía pueblos en ese estadio, ya que la realidad de la época posibilitaría esta situación:

La Edad Media, debido a las invasiones primero germánicas, y después musulmanas (en la península) rompió el orden social, económico y cultural del Imperio Romano, retrayendo las comunicaciones, creando una economía rural, desplazando el centro de gravedad del medio urbano al medio rural, y en definitiva aislando a las gentes que solo encontrarían cierta seguridad en la práctica de una agricultura de subsistencia, alejándose de las vías de comunicación por el desuso que de ellas se hace, incluso ante el peligro de que, propiciasen ataques de grupos, bien musulmanes, bien cristianos, por lo que se tiende al aislamiento e incluso al ocultamiento del poblado, las relaciones feudo-vasalláticas, tienden en un primer momento a paliar estos problemas, pero en la península no se dan de la misma manera que en el resto de Europa, el motivo es la presencia de dos grupos religiosos hasta cierto punto enemigos, y también las relaciones entre distintos señoríos, aun del mismo credo, que se dan muchas veces en forma de enfrentamientos aislados; evidentemente no todo el territorio responde de igual manera, pero las zonas “marginales” si que lo hacen, y precisamente es de estas de las que hablamos.

Vuelvo ahora a referirme a las denominaciones que podemos encontrar para esos dos “países”chascas, sin separarme del tema que vengo tratando, ya sabemos a que pueblos desconocidos para los musulmanes, y que les obligaron a denominarlos así, nos referimos, ni más ni menos que a dos “tribus” celtibéricas, los Vascones y los Sedetanos (o los Edetanos si mis apreciaciones son incorrectas); los Vascones se expandieron en algún momento del S. III – V ocupando zonas pirenaicas y del sur de la actual Francia, replegándose o bien siendo absorbidas después, los Sedetanos son fruto de ese resurgimiento indígena al que me he referido anteriormente, ¿Pudieron permanecer tanto tiempo en un estado más propio de tiempos pasados? La respuesta es si:

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