El caso es que me desperté de madrugada - algo por otra parte bastante habitual  con Gabriela-  con dolor en la barriga.   Pensé que lo mejor era tomar una manzanilla e ir al cuarto de baño.  Como el dolor no remitía, en la soledad de la noche decidí hacer algo que  - ciertamente - hoy me sigue sorprendiendo: ir al médico de urgencias. Tal evento requería adoptar de una serie de medidas preventivas  porque uno sabe cuando sale pero nunca cuando  ( ni como ) vuelve. La verdad es que al tomar la decisión de ir al médico de urgencias se piensa  en lo peor, excepto aquellos - que no son pocos - que van a ver lo mal que están los demás. Lo aconsejable es hacer un buen repaso de lo que vas a necesitar. Y como eran las 5 de la mañana y Carlos Herrera aún no estaba en la onda,  me puse a ello:

1.-  Medidas higiénicas básicas.Fue mi amigo Emilio quien hace años nos contó que al médico había que ir  siempre con la uñas bien recortadas , las de los pies concretamente.  Y comprobé que tenía toda la razón.   Cuando estaba  en el quirófano, en la camilla y vi mis pies, ( lo único que te ves son los pies y la barriga ) no hice sino alegrarme de haber hecho caso de aquél comentario.   La otra opción hubiera sido la de operarme con calcetines - algo nada descabellado por otra parte si tenemos en cuenta el frio que hace en ese lugar - pero me temo que no lo hubieran permitido.

2.- No desayunar nada. Como no hay que descartar que te metan en quirófano lo mejor es estar preparado para lo de la anestesia. De algo debe valer ver tantas películas de hospitales. Lo que nunca entenderé es por qué  todas las salas de espera de urgencias están llenas de máquinas de comida. ¿ Ha comido algo ? Sí, mientras esperaba,  dos sándwiches de pollo con bacón y mayonesa y una bolsa de patatas " sabor jamón ".

3.- Coger la radio y dinero para la tele. Lo primero que hacemos todos cuando nos dan la habitación es ver cómo funciona la tele. Es lo más importante. No es lo mismo  que te quiten un riñón con o sin tele.  Y claro, se necesitan monedas. Estás a punto de ser operado de urgencias y lo fundamental es tener cambio para la tele. Un absurdo.

Y una sugerencia:  ¿Por qué no te dejan llevar el Mp3 al quirófano ? ¿ Es por algo, o es sólo por fastidiar ? Yo creo que es por  lo último. No, no me refiero a cuando te están operando, ( aunque tampoco veo necesario tener que estar oyendo como  cortan con un serrucho ) sino a  las dos horas que te tienen esperando.



Cuando me atendieron  no sabía bien si estaba en un centro médico o en un confesionario. Pero yo lo quise dejar bien claro desde el principio:    "  Hace más de 30 años que no vengo por aquí... "  y el caso es que salí rezando unos cuantos " Aves Marías" . Estuviera donde estuviera, me insistían en  que lo que tenía  era apendicitis. Y dale molino. A ver si me van a operar " pa na "  - les decía .Pero ni caso.  Como no entraban " en razones " les puse el ejemplo del que acude al hospital con dolor en el  pecho y luego resulta que son gases. " Ustedes son capaces de operarle del corazón". Ni caso tampoco.

Entré  a las 8:45 de la mañana, eran las 6 de la tarde y el dolor seguía sin aparecer donde tenía que aparecer . A ver si me van a operar por unos gases.... Si yo lo que necesitaba era tirarme un par de... y pusieron cara de " tirate lo que quieras que tu hoy acabas sin apéndice ".  Último intento: ¿ y la vesícula, no será la vesícula ? . Todavía no me explico por qué estaba tan interesado en la vesícula.  Debió parecerme más importante y al fin y al cabo lo de la apéndice ni se me había pasado por la cabeza. Pues la vesícula tampoco.

En fín, como los leucocitos se empeñaban en seguir aumentando no tuve más remedio que dar el  " si quiero ". Y por si me arrepentía transcurrieron exactamente 32 segundos  desde que di el  "sí  "  hasta que me llevaron al quirófano. Y no exagero ni  en tres segundos.

Siempre pensé que lo que tenía era un atracón. El sábado estuvimos " de barbacoa " en la casa que tiene Emilio - sí, el de las uñas - en un pueblo de Avila llamado Poyales del Hoyo. Y ya se sabe; chorizos criollos, pancetas, y sobre todo una bolsa entera de cortezas. Ricas pero duras como una piedra. Para  rematar la faena, el Domingo, de vuelta, comida en un Fooster's Hollywood a base de hamburguesa y jalapeños. Malditos jalapeños.

Pensar que estuve a punto de tener una peritonitis en Poyales del Hoyo...   Me veía como Paquirri en la enfermería de Pozoblanco diciéndole a los médicos : " tengo un dolor que va de abajo a arriba.Estoy en sus manos.  Hagan lo que tengan que hacer ". Y lo que es peor, a mi  " Santirrin " haciendo dentro de 15 años de monologuista en la sexta.

Pero  sin duda lo peor hubiera sido que "la apendicitis " me hubiera dado en Amsterdam, donde estuvimos 10 días antes.  ¡¡¡Mucho peor!!!!. En el control de pasajeros no nos dejaron pasar el cortaúñas.


Y después lo del postoperatorio, pero eso... eso da para otra historia.