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“Un Proyecto de Vida para nuestra Comunidad”


        
  El compromiso del Ministerio Del Poder Popular para La Educación, consiste en que todas las escuelas venezolanas se conviertan en Escuelas Bolivarianas y esta denominación representa una gran responsabilidad por su connotación histórica, ilustrada, nacionalista e internacionalista que evoca y a la vez convoca.

La referencia al Libertador Simón Bolívar tiene un profundo valor para los venezolanos. Sus ideas y acciones constituyen una referencia ineludible de nuestra nacionalidad. Resaltar lo bolivariano nos dirige a lo mejor de nuestras tradiciones y a los fundadores de la Nación. Toda esta situación reivindica nuestras potencialidades y fortalezas como país y como pueblo. En consecuencia ello nos abre posibilidades para contextualizarlo y resignificarlo en nuestra realidad de hoy. No se trata, tampoco, de vivir del pasado sino de reconocernos en nuestro acervo, para asumir las responsabilidades que hoy corresponden y afrontar nuestros retos actuales.

El reencuentro con la idea Bolivariana corresponde a la escuela que conlleva, en Primer Lugar la idea de cambio, de ruptura, de persistencia y de reflexión. El reencuentro con Bolívar, y con el gran innovador Simón Rodríguez, sirve para tomar ejemplo de quienes, contra toda clase de avatares, levantaron sus ideas, pensaron con cabeza propia, combinaron la reflexión y la acción, asumieron con todo empeño el compromiso de enfrentar el reto de sus tiempos y, precisamente por eso, trascendieron más allá de su época, de allí la necesidad de pensar en la construcción de un proyecto de vida para nuestra comunidad, proyecto que se inicia en las aulas de clase desde el proyecto de vida de cada alumno y en este sentido la Escuela Bolivariana: “Juan Ruiz Fajardo” se encausa hacia la formación y fortalecimiento del ser

En Segundo Lugar, nos recuerda que un pueblo es algo más que un grupo de gente sobre un territorio. Así, una nación se reconoce en su historia y sus referentes comunes, pero sobre todo se construye y reconstruye en su acción diaria, en su capacidad para asumir un proyecto conjunto, en función de asumir los retos del momento.

Esta idea nos confronta con la necesidad de reconstruir la nación. Una nación de todos y no sólo para unos pocos; de allí la importancia de  La escuela debe ser uno de los espacios donde los actores que han estado relegados puedan irrumpir a la vida ciudadana, en la construcción de una nación que se sostenga sobre el diálogo y el reconocimiento de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de todos. Los lenguajes y formas de las mayorías y de las minorías, deben ser también protagonistas en los espacios públicos. La participación tiene que ser el signo de la nueva democracia, participación desde la diversidad, desde su reconocimiento y su aceptación, no como aceptación verbal, estática, inamovible o conformista, sino como visión de construcción y posibilidad.

El reto que estamos asumiendo es el pasar de la democracia representativa a la verdadera democracia “participativa-protagónica”; por ello es determinante pasar del discurso a la acción en el reconocimiento y la integración de la diversidad, donde cada miembro de la comunidad y especialmente de la comunidad educativa, aporte su granito de arena y construya un proyecto para la vida, ello implica que nos proponemos, desde la educación, reconstruir el país, mirar hacia atrás y hacia adelante, recuperarnos, reconocernos, construir futuro y convivencia. El país no está hecho ni es siempre igual a sí mismo. La Patria hay que hacerla continuamente para que esté viva; la patria vive en la medida en que recreamos la nación desde nuestras diferencias, semejanzas y referentes comunes. Hacer educación es hacer del ciudadano el nuevo republicano bolivariano. Hacer democracia, es construir un espacio de todos, es decir, democratizar igualmente al espacio, como un todo.

En Tercer Lugar, el carácter bolivariano de las escuelas nos recuerda que somos latinoamericanos y caribeños, y que como tales, tenemos que ver y comprender hacia el sur, hacia Centroamérica y las Antillas, porque nuestra suerte es necesariamente compartida y las posibilidades de futuro común están atadas a nuestra capacidad de integración, de allí que puede nuestro barrio, desde nuestra comunidad debemos hacernos fuertes y convincentes, hecho que será posible con la formación de los nuevos republicanos, papel que asumir la nueva escuela venezolana como escuela bolivariana significa que no podemos quedarnos en el discurso educativo.

            El compromiso tiene que traducirse en las aulas, en una práctica pedagógica abierta, reflexiva y constructiva. Igualmente, en una relación amplia con la comunidad, signada por la participación auténtica y en un cambio efectivo del sistema escolar, sus concepciones, procedimientos y estilos, acordes con el propósito de construir una nueva ciudadanía y por ende un nuevo modelo o proyecto de vida

Lo bolivariano lo encontramos, entonces, en la búsqueda de referentes comunes, en la disposición al cambio, en la responsabilidad de reconstruir la nación también desde la escuela, en nuestro carácter latinoamericano y caribeño y en el compromiso de convertir los ideales en realidades, las palabras en hechos.

La escuela debe fortalecer los espacios donde propicie la participación protagónica junto a la familia y la comunidad, a través de una corresponsabilidad bien entendida enlazando el proceso de desarrollo integral de la población atendida, la institución y la comunidad que la circunda.

            Para tal cambio es necesario enfocar una clara visión sobre los valores éticos y morales que se requieren para una sociedad en constante transformación, que asuma su rol protagónico en la toma de decisiones sobre su destino histórico,  la escuela es un espacio social donde se construyen procesos caracterizados por actos de comunicación, que permiten expresar diferencias y particularidades propias de la comunidad de la cual forma parte, así como de todos los que interactúan en ella.

            Es por esto que la Escuela Bolivariana Juan Ruiz Fajardo toma el Proyecto Educativo Integral Comunitario (PEI) como una gestión que se construye en conjunto destinada a orientar y consolidar el  proceso de transformación de los diferentes sectores involucrados en el desarrollo económico y social de la nación, fortaleciendo la estructura con el desarrollo de diversas acciones encaminadas desde los proyectos de aprendizaje en el aula contemplados con proyectos culturales, deportivos y sociales.



  FORTALEZAS, OPORTUNIDADES, DEBILIDADES, AMENAZAS (FODA)



Fortalezas:
La Escuela Bolivariana: “Juan Ruiz Fajardo”cuenta con una gran fortaleza tanto en su entorno como internamente.

En cuanto a su entorno cabe mencionar:

·        Instalaciones deportivas:

Oportunidades:

En cuanto al entorno se tiene oportunidad de:

Debilidades:

El entorno de la Institución presenta grandes debilidades.

Amenazas:

FORTALEZA, OPORTUNIDADES, DEBILIDADES Y AMENAZAS DE LA INSTITUCIÓN (FODA)

Fortalezas:


Oportunidades:

En cuanto a nuestra Institución, aprovechando la Jornada Escolar de 8:00 a.m a 4:00 p.m; tiene la oportunidad de articular espacios que permitan la construcción de un Proyecto de vida para nuestra comunidad y en tal sentido la escuela cuenta con los siguientes espacios:

Espacio para la formación integral: Un espacio que promueve la justicia social, garantizando el derecho de todos a la educación integral que permita permanencia, prosecución y culminación de niños, niñas y adolescentes en la escuela; para ello se desarrollan acciones intersectoriales con la familia e instituciones científicas, artísticas, deportivas, para generar el desarrollo de todas las aptitudes del niño, niña y adolescente y a la vez cubrir las necesidades básicas como lo son la alimentación y salud preventiva.

 

Espacio para la innovaciones  pedagógicas: Proceso de discusión curricular en forma colectiva: escuela-familia comunidad que genere investigación, sistematización y aplicación de experiencias innovadoras. Significa pasar de una escuela reproductora a una escuela productora de conocimientos.

 

La aplicación en el aula de estrategias pedagógicas plasmadas en el Proyecto de Aprendizaje, y concatenadas en el Proyecto Educativo Integral Comunitaria (P.E.I.C.), rompe los esquemas tradicionales para formar a niños, niñas y adolescentes con espíritu crítico, reflexivo, investigador, constructivo y actitud de agrado y satisfacción en su permanencia en las Escuelas Bolivarianas. Allí también observamos jornadas de formación ideológica para los docentes y comunidad en general, participación y presentación de los P.E.I.C. ante los Consejos Locales de Planificación. Elaboración de cuentos producto de la indagación etnográfica local, creación de objetos ornamentales con materiales de desechos.


Realización
 del calendario productivo como instrumento pedagógico, que permite entre otros logros, la construcción del currículo desde lo local, la integración de áreas, las escuelas en red, todo esto en fortalecimiento del afecto y el sentido de pertenencia por el lugar. 

Espacio del quehacer comunitario:

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