QUE SUERTE HE TENIDO DE NACER 

 
Qué suerte he tenido de nacer, 
para estrechar la mano de un amigo 
y poder asistir como testigo 
al milagro de cada amanecer. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para tener la opción de la balanza, 
sopesar la derrota y la esperanza 
con la gloria y el miedo de caer. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para entender que el honesto y el perverso 
son dueños por igual del universo 
aunque tengan distinto parecer. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para callar cuando habla el que más sabe, 
aprender a escuchar, ésa es la clave, 
si se tiene intenciones de saber. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
y lo digo sin falsos triunfalismos, 
la victoria total, la de uno mismo, 
se concreta en el ser y en el no ser. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para cantarle a la gente y a la rosa 
y al perro y al amor y a cualquier cosa 
que pueda el sentimiento recoger. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para tener acceso a la fortuna 
de ser río en lugar de ser laguna, 
de ser lluvia en lugar de ver llover. 
  
Qué suerte he tenido de nacer, 
para comer a conciencia la manzana, 
sin el miedo ancestral a la sotana 
ni a la venganza final de Lucifer. 
  
Pero sé, bien que sé... 
que algún día también me moriré. 
Si ahora vivo contento con mi suerte, 
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte, 
cuál será en la agonía mi balance, no lo sé, 
nunca estuve en ese trance. 
  
Pero sé, bien que sé... 
que en mi viaje final escucharé 
el ambiguo tañir delas campanas 
saludando mi adiós, y otra mañana 
y otra voz, como yo, con otro acento, 
cantará a los cuatro vientos... 
  
Qué suerte he tenido de nacer. 
Letra: Alberto Cortez 

  





Yesterday,
All my troubles seemed so far away,
Now it looks as though they're here to stay
Oh I believe in yesterday

Suddenly,
I'm not half the man I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh yesterday came suddenly

Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday

Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday

Why she had to go
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
now I'm long for yesterday

Yesterday,
Love was such an easy game to play
Now I need a place to hide away
Oh I believe in yesterday

The beatles 









Ella me quiso tanto... 
yo aún sigo enamorado. 
Juntos atravesamos 
nostalgias del pasado. 
  
Ella, cómo os diría... 
era mi luz y mi razón, 
cuando en la lumbre ardían 
sólo palabras de amor... 
  
Palabras de amor sencillas y tiernas. 
que echamos al vuelo por primera vez, 
apenas tuvimos tiempo de aprenderlas 
recién despertábamos de la niñez. 
  
Nos bastaban esas tres frases hechas 
que entonaba aquel trasnochado galán 
de historias de amor, sueños de poetas, 
a los quince años no se saben más. 
  
Ell qui sap on és, 
ell qui sap on para. 
Lo vaig perdre i mai més 
he tornat a trobar-lo. 
  
Però sovint, en fer-se fosc, 
de lluny m'arriba una cançó. 
Velles notes, vells acords, 
velles paraules d'amor... 
  
Paraules d'amor senzilles i tendres. 
No en sabíem més, teníen 15 anys. 
No havíen tingut massa temps per aprendre'n, 
tot just despertáven del son del infants. 
  
En teníem prou amb tres frases fetes 
que habíem aprés d'antics comediants. 
D'històries d'amor, somnis de poetes, 
no en sabíem més, teníem 15 anys... 


Joan Manuel Serrat 

  





Penélope,
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo.
Penélope
se sienta en un banco en el andén
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.

Dicen en el pueblo
que un caminante paró
su reloj
una tarde de primavera.
"Adiós amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volveré a por ti..."

Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
No hay un sauce en la calle Mayor
para Penélope.

Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.

Dicen en el pueblo
que el caminante volvió.
La encontró
en su banco de pino verde.
La llamó: "Penélope
mi amante fiel, mi paz,
deja ya
de tejer sueños en tu mente,
mírame,
soy tu amor, regresé".

Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer,
no era así su cara ni su piel.
"Tú no eres quien yo espero".
Y se quedó
con el bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.  

Penélope,
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo.
Penélope
se sienta en un banco en el andén
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.

Dicen en el pueblo
que un caminante paró
su reloj
una tarde de primavera.
"Adiós amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volveré a por ti..."

Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
No hay un sauce en la calle Mayor
para Penélope.

Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.

Dicen en el pueblo
que el caminante volvió.
La encontró
en su banco de pino verde.
La llamó: "Penélope
mi amante fiel, mi paz,
deja ya
de tejer sueños en tu mente,
mírame,
soy tu amor, regresé".

Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer,
no era así su cara ni su piel.
"Tú no eres quien yo espero".
Y se quedó
con el bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.  


Joan Manuel Serrat 








Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.  

Joan Manuel Serrat 

Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.  

Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas

duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,

y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,

que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos

de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...

Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...

¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo?

Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea

te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea

que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

Ay...

si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca

con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...

Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo...  

Joan Manuel Serrat



Barquito de papel,
sin nombre, sin patrón
y sin bandera,
navegando sin timón
donde la corriente quiera.

Aventurero audaz,
jinete de papel
cuadriculado,
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.

Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar
era jugar con el viento,
era una sonrisa a tiempo,
fugándose feliz
de país en país,
entre la escuela y mi casa,
después el tiempo pasa
y te olvidas de aquel
barquito de papel.

Barquito de papel,
en qué extraño arenal
han varado
tu sonrisa y mi pasado,
vestidos de colegial.
 

Joan Manuel Serrat



Todo pasa y todo queda, 

pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse, le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.

Antonio machado-Joan Manuel Serrat