Piruetas con los Dedos
Tus manos esta noche me buscaron
haciendo mil piruetas con los dedos,
soltando mis temores y mis miedos
las mías, en tu cuerpo se posaron.
Tus besos poco a poco me robaron
suspiros que en el aire suenan quedos,
plegarias y gemidos como credos,
de nuestra boca, amor, se deslizaron.
La luna es en tu piel oscura seda
y mima con ternura cada poro,
jugando con mi mano que te enreda
el pelo tan oscuro, que yo adoro
y espero que tu boca me conceda,
el beso enamorado, que yo añoro.
Ángeles González Fraga
R@
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Soñé
Fundida en ti, entre tus brazos,
adormilada de amor, soñé.
Soñé contigo, con música
y con la lluvia, que con su caer constante,
creaba esa hermosa sinfonía.
Soñé con tus palabras calladas
y tus suspiros abiertos,
con las mil y una noches
de terciopelos azules.
Los aromas del aire, y
el sabor de un.. Te quiero
Soñé también,
primaveras naranjas y
veranos amarillos,
con la alegría desbordada
de los niños y
el saber ancestral de los mayores.
Soñé… Una vida plena.
Y al abrir mis ojos, lo que creí un sueño,
se convirtió en una realidad abrumadora,
con tan sólo contemplarte.
Ángeles González Fraga
R@
Vengo a cantarle mi tango
a la ciudad más hermosa,
que hasta el viento la acaricia
como si fuese una diosa.
Barrio de Santa María
el Cañón y el Mentidero,
Castillo de San Sebastián
mi castillo caletero.
La Caleta abre sus brazos
para mecer al viñero
y cantando arranca un " Ole"
al compás de " Cai te quiero".
Porque te quiero mi Cai,
porque sin tu sal me muero
y cuando llega Febrero
por ti soy carnavalero.
Dejo en mi tango un piropo
a la mujer gaditana,
dueña de mi corazón
de mi barco capitana.
Por ti canto mi tanguillo
con su compás y salero,
lo canto en la Plaza Mina,
San Francisco y Palillero.
Si al cantar pierdo la voz
y nunca la recupero
te cantaré con mis manos
y te diré " Cai te quiero".
Ángeles González
A la mujer ferrolana
le canto yo mi canción,
por ser hermosa y galana
por robarme el corazón.
La rondo de calle en calle
desde Amboaje al cantón
y si Pepita se llama
me paro ante su balcón,
Le dedico bellas trovas
y veo con emoción,
su carita iluminada
su cuerpo bailando al son,
De mi habanera preciosa
de nuestro vals picaron,
ella nos mira dichosa
con orgullo y con pasión.
Eres tú Pepita hermosa
de mi canto inspiración,
de mi rondalla madrina
somos los dos de Ferrol.
Ángeles González.
Cómo decirte mi amor
que me estoy volviendo loca,
si cuando cierro mi ojos,
sin querer veo tu boca.
Veo tu hermosa sonrisa
que me tienta y me provoca,
cómo no quieres mi amor
que por ti me vuelva loca.
Al contacto de tus manos
mi corazón se desboca,
y siento perder la vida,
siento que me vuelvo loca.
Tu cuerpo.. Calma mi frío
y tu calor.. Me sofoca,
por ti pierdo hasta el sentido,
cuando tu imagen evoca.
Ahora, dime tú mi amor
que el corazón se equivoca,
que si por quererte tanto,
no me estoy volviendo ...Loca.
Ángeles González Fraga
Te diré
Te diré
Te diré... Te quiero,
cuando estés alegre,
cuando me hagas tuya,
cuando venga a verte.
Te diré.. Te quiero,
cuando tú y yo a solas,
fundidos estemos
como arena y ola
Te diré... Te quiero,
cuando la tristeza,
ahogue tu pecho
y sientas flaqueza.
Te diré... Te quiero
entre beso y beso,
el que deja fuego
en mi piel impreso.
Te diré... Te quiero
cuando llore el viento,
te sientas cansado,
te falte el aliento.
Te diré... Te quiero
cuando me lo pidas
y sientas que el tiempo
curó tus heridas.
Lo he gritado al aire
se lo he dicho al cielo
ellos preguntaron
por qué yo Te quiero
Les he contestado,
que sin verte muero,
que en la noche oscura
eres mi lucero.
El agua bendita
que calma al viajero,
la brisa que acuna
suave mi velero.
Dijeron no sigas,
tu amor es sincero,
ojalá te escuche
decirle... Te quiero.
Y si no me escuchas
al decir... Te quiero
mientras tenga pluma,
papel y tintero.
Seguiré escribiendo,
un tango, un bolero,
un bello poema
que dirá...Te quiero.
Sueño de verano.
El sol acariciaba mis mejillas,
la arena juguetona me tapaba,
el mar que dulcemente me besaba,
al verme caminar por sus orillas.
Corría hasta tus brazos de puntillas
sintiendo que del pecho se escapaba,
un grito de alegría que inundaba,
el cielo con hermosas lucecillas.
Y tú, que me mirabas desde lejos
abrías esos ojos tan divinos,
dejando que la luz con sus reflejos
pintara en tu cabello remolinos,
los míos te miraban y perplejos
buscaban a tus labios masculinos.
He
He bailado con las llamas del infierno
y
reído, con los ángeles del cielo
caminado sobre un mar de purpurina
y
nadado, sobre arenas del desierto.
He gozado de las mieles de tus labios
y
sentido tu mirada.. cual acero.
He notado como ardían mis entrañas
y
al momento, las sentía como el hielo.
Paradigma y controversia van unidas
a ese cruel eufemismo al que me aferro.
Ángeles González
Resulta Fácil
Resulta fácil decir “ Te quiero”.
Cuando escucho tu respirar tranquilo
entregado a un sueño sereno
y acaricio la piel suave que envuelve tu cuerpo.
Resulta fácil decir “ Te quiero”.
Cuando veo la bondad en tus ojos
y dibujas en esa sonrisa... un millón de ilusiones.
Resulta fácil, sí, decir “ Te quiero”.
Cuando abres tus brazos para envolverme
en la calidez de tu ternura y meces mis ilusiones
al compás de tus latidos.
Cuando ese beso intimo...
se graba en lo más hondo de mi ser,
resulta fácil decir “ Te quiero”.
Cuando dejas a un lado tu enojo e iluminas
con mil estrellas mi noche oscura.
Resulta fácil, sí.
Así que hoy te diré “ Te quiero “.
Y lo gritaré al mundo, para que sepa
que resulta fácil.
Busco el vértigo.
Busco tu desnudez
con la insolencia de mis manos,
con el atrevimiento
que tus besos me conceden.
Busco en tu mirada,
la ternura que se derrama
en el quicio de tu vientre,
con el vaivén fascinante de nuestros cuerpos.
Busco el vértigo,
en la sensación palpitante
que marea mi intimidad y mi locura.
Quizás busque....
Lo que encontré aquella tarde.
Quizás me encuentre...
Sumergida en una danza
absurda de deseo, que tan solo
calmará la piel desnuda...
del amante que ansío.
Ángeles Glez
He dejado escrito
He dejado escrito
impreso en el alma,
todo lo que siento
lo que el tiempo aguarda.
Te he dejado escrito
cuanto yo te amaba,
he llorado sangre
y tú ni mirabas.
He dejado escrito
en pétalos blancos,
versos y canciones
mi cuento de hadas.
Lo he dejado escrito
por si tú llegabas,
a quererme tanto
como yo te amaba.
Y después de un tiempo
lo que había escrito,
se ha quedado en eso
versos y palabras,
que con sangre escritas
por mis venas vagan,
al compás del viento
en la noche clara.
Quizás no he sabido
decir que te amaba,
que por ti mi vida
yo todo dejaba.
Se me acaba el tiempo
mi vida se apaga,
pero queda escrito
cuanto yo te amaba.
Ángeles Glez
"ELLA"
Nos decía el Maestro Neruda:
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”.
Ella, sí podrá escribir sus versos más tristes,
sus plegarias grabadas en pergaminos de llanto
que acallan sus gritos entre algodones de tristeza.
Ella, que ha sentido en su garganta la soga del miedo,
que silente, ha implorado un poco de paz y dulzura
en sus días de angustia interminables.
Ella podrá
Sí, podrá sonreír a un nuevo día,
pintar en su amanecer un arco iris,
y sentir en su piel, la luz de un nuevo sol.
¡Podrá!
Porque llegó la hora de plantar cara a su dolor,
de decir basta, de colgar para siempre
su agonía en un armario y cerrar con candado
la puerta del pánico .
¡Podrá!
Porque “siempre” habrá una mano amiga
que le dará “en el instante preciso”
fuerzas para su gran paso.
¡Podrá!
Porque en sus ojos las lágrimas
que anegaban su visión, se han marchitado
y han dejado paso a una pequeña luz de esperanza.
Por eso y por una vida que renace
Ella podrá escribir sus versos más tristes,
dar gracias porque, su nombre siga siendo suyo,
y no sea uno más de esa lista interminable.
Lo hará sabiendo,
que ya no tendrá que, pagar un alto precio por ser “Mujer”.
Ángeles González.
El dolor del viento
Escucha.....
¿Escuchas cómo llora el viento
en busca de su amor perdido?.
Que feliz era él, meciendo su cabello,
levantando su falda de niña
y transportándola en sueños a lugares
lejanos y maravillosos.
Ella, se mostraba dichosa sintiendo el ímpetu
de su alegría y cerrando los ojos volaba con él
a través del cielo.
Ahora él, la busca entre la gente, en la playa,
en la esquina de la calle del olvido, pero ella no está.
Ya no hay risa, alegría, ni sueños,
en ella, ahora, solo hay lagrimas, tristeza y pesadillas
y no cierra sus ojos por que sabe que...
solo verá la cara del dolor y la huella del infame
que en un instante le robo su infancia.
Por eso él llora, por esa niña, su amor perdido.
Dime, ¿ Escuchas ahora el dolor del viento?.
Ángeles Glez.
Sellada con un beso
En una jaula estoy presa
pero no tiene barrotes,
ni el carcelero, garrotes
no soy criminal confesa,
tiempo atrás una promesa
hice presta a un caballero,
pues creí su amor sincero
mientras de mi se burlaba,
y mi corazón robaba
con sutileza y esmero.
Pero la palabra dada
si es sellada con un beso,
tiene el valor de lo impreso
en una carta firmada,
vivo yo pues, condenada
a cumplir lo prometido,
después de haber asumido
que mi amor le pertenece,
y con su ausencia adolece
este corazón herido.
Ángeles Glez..
Otoño
Voy tiñendo de otoño
los paisajes de mi alma, con esa luz
que porta la serenidad de un recuerdo.
Pinto mi mirada, de ocres y verdes maduros
por el calor de un verano extinto.
Ahogaré con una sonrisa, el crujir de mis pasos
sobre esa alfombra de hojas que guían mi camino
y podré contemplar, la belleza que esconde la agonía
de un tiempo caduco.
Y... en ese transcurso de un otoño sereno,
sentada en el quicio del sol,
veré pasar los bellos colores del silencio.
Ángeles Glez. 13/09/2010
Tacita de Plata
Un beso me entregó tu mar de plata
caricias me dejaron tus arenas
y siento como un coro de sirenas
me roba tus secretos cual pirata.
Notar como mi pecho se dilata
al son de tu alegría y tus verbenas,
al tiempo que me corre por las venas
un hondo y gran amor que ya me mata.
Por eso yo recorro paso a paso
tus barrios empapados de belleza,
de historias y de tiempos que repaso
llenándome de ti, de tu grandeza,
la luz la guardaré por si el ocaso
me borra de mi mente tu tibieza.
Ángeles Glez.
Ocaso
Sereno, entre naranjas y violetas, se oculta el sol
en un mar de plata, y arrastra hasta mi, tus ojos
velados por una cortina de efímeros sueños.
Contemplo el esplendor de ese momento,
sumida y expuesta a un letargo inevitable,
tras el ocaso, llegará a mi la noche.
Traspasaré el umbral de un otoño
que llegará arrastrando tras de si, a un invierno
preñado de frío y soledad.
Mientras, esperan colgados en la punta de alguna estrella
recuerdos de un verano dulce, no extinto de ilusiones.
Y con el paso tortuoso de los días, me veré de nuevo,
contemplando ese sol, sereno, entre naranjas y violetas
que como un faro... ilumina tu mar de plata.
Ángeles Glez.
Los Ecos de tu nombre.
Voy a pintar de colores los ecos de tu nombre,
verás su resplandor, cuando en el horizonte
se funda el sol con mis lágrimas.
Tu nombre es, rojo, violeta y amarillo,
es azul, verde y añil como el amanecer
que recorre al unísono las veredas de mi cuerpo.
Es tierra húmeda, fértil... Como el vientre
preñado de ilusiones venideras.
Es un sueño, reflejado en un mar de aguas cristalinas.
Tu nombre es, risa y llanto,
es por tanto alegría y tristeza, contenidas
en un frasco de esencias miniatura,
Es la vida y es la muerte,
vida, por saberlo mío,
muerte, al vacío de su ausencia
en un atardecer naranja.
Y lo pintaré de colores por que:
Los ecos de tu nombre son... Mi arco iris.
Arrasando esperanzas
He visto a la muerte, bailar a oscuras en mi cuarto,
me miraba a los ojos y reía.
Quizás, mañana venga a buscarme...
No estoy preparada, pero si ella viene
no me negaré a seguirla, quién sabe...
Puede que así me libere
de los tormentos que luchan, en la alcancía de mi mente.
La he visto sigilosa y en todo su esplendor,
y con su gesto silente y penetrante, me insinuaba que volvería.
Aquí estaré, sí, pero no aguardando su regreso,
vendrá de sorpresa como siempre,
arrasando esperanzas, sueños y felicidad.
Se llevará mi cuerpo, sí,
pero lo que no puede arrebatarme es el alma,
pues es mi esencia, mi amor, mi espíritu,
esa no podrá, pues......
Cuando de este cuerpo se escape el ultimo aliento,
quedará por siempre mi recuerdo
en todos aquellos que siempre estuvieron conmigo,
en todos los que dejé mi huella de alguna manera.
Por eso no podrá llevársela, pues siempre
y por siempre, permanecerá en el recuerdo de alguien.