MEDIDAS HIGIÉNICAS PARA LA MANIPULACIÓN DE LOS ALIMENTOS EN CASA
A la hora de hacer la compra o durante el cocinado, conviene seguir una serie de medidas higiénicas, que no siempre se llevan a cabo poniendo en peligro, sin saberlo, la salud del consumidor.
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A la hora de manipular los alimentos debemos lavarnos bien las manos antes y después.
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Nunca debemos tomar alimentos cuyo embalaje no esté intacto o limpio y se eludirán aquellas latas que estén golpeadas, hundidas, hinchadas u oxidadas.
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Para comprobar la frescura del pescado, éste deberá tener escamas firmes, ojos brillantes y las agallas rojas mientras que en el caso de la carne debe ser fresca, con buen olor y color.
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Al hacer la compra no conviene mezclar alimentos con productos de limpieza y otros productos químicos como la pintura.
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Siempre se ha de leer el etiquetado de los alimentos así como su fecha de caducidad, de tal manera que los colocaremos en los armarios de casa de forma que estén en primer lugar los alimentos cuya fecha de vencimiento esté más cercana y por detrás los que tienen una vida útil mayor con respecto a los que se encuentran por delante.
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Los huevos, por ejemplo, suelen tener una fecha de vencimiento de 28 días a partir de la puesta del mismo. Siempre debemos comprar los más frescos.
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Las verduras y frutas también han de ser examinadas antes de incluirlas en el carro de la compra para asegurarnos de que nos estamos llevando a casa un producto fresco.
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Una buena estrategia sería incluir en la cesta de la compra los productos no perecederos en primer lugar, los refrigerados a continuación, y finalmente los congelados.
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Al cocinar, se debe evitar siempre que los alimentos crudos y cocinados entren en contacto para eludir la contaminación cruzada.
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Al emplear ciertos alimentos como las mayonesas o cremas, se debe evitar mantenerlas durante periodos prolongados al aire libre, y en el caso de los alimentos cocinados hay que asegurarse que han sido cocidos durante tiempo suficiente evitando el uso de cuchillos y demás utensilios de cocina que hayan sido utilizados para manipular comida cruda sin que hayan sido lavados a continuación.
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Los alimentos cuya fecha de vencimiento se haya cumplido deben ser desechados, y el cubo de los desechos debe encontrarse en un lugar alejado de la zona de manipulado.
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La refrigeración es una tratamiento muy benigno que causa ninguno o pocos daños en el alimento, y los que se suelen producir suelen ser por malas prácticas de manipulado y operación.
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El alimento congelado que recojamos del establecimiento de venta se debe encontrar en el interior del arcón congelador y nunca de ninguna manera debemos tomar un paquete de alimento congelado que se encuentre fuera y llevárnoslo a casa, o introducirlo de nuevo en el arcón. La manera correcta de obrar en tal ocasión sería llamar al responsable de la sección de congelados, y ponerle al corriente del evento ocurrido. Es aconsejable que el tiempo que transcurra desde que el alimento se ha recogido del arcón del supermercado hasta que es introducido en nuestro congelador doméstico sea el mínimo, ya que los alimentos congelados siempre han de permanecer a una temperatura los más invariable posible. Si tenemos por ejemplo, un alimento congelado con partes divisibles dentro del paquete y sólo queremos cocinar parte de él (como por ejemplo, un paquete de croquetas), debemos extraer las croquetas que vamos a cocinar del paquete e introducir inmediatamente el paquete con las croquetas restantes en el congelador.
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En el congelador no se han de introducir volúmenes muy grandes de alimento pues éste no está diseñado para ello. Así mismo, tampoco se han de introducir alimentos sucios que contengan tierra como frutas y verduras, si no que se deben lavar primero y cuando estén limpios, ahí sí que se pueden introducir. Por otra parte, si el hielo llega a “invadir” el congelador éste se ha de descongelar, lavar y desinfectar.
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Además, es necesario que los alimentos que se han extraído del congelador no se mantengan a temperatura ambiente durante largo tiempo sino que se introduzcan en un microondas, en fritura, cocción u otro mecanismo de cocinado a la mayor brevedad posible. Estos productos han de introducirse en el medio de cocinado a una temperatura no excesivamente alta ya que correríamos el riesgo de que ciertas partes estuvieran “hechas” y listas para el consumo, y otras frías y crudas.
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Para finalizar, siempre hemos de leer con atención la información contenida en el etiquetado sobre el manejo del alimento congelado.
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Como se puede ver, ningún consejo es difícil de seguir y si nos fijamos, casi todo lo que se propone tiene bastante sentido común por lo que seguir unas pautas higiénicas al manipular los alimentos no es una tarea muy difícil si se presta un poco de atención.