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Cajón deSastre


De Pepe Anita a don José, pasando por Pepito Carracao...


Carracao

Un texto reflexivo de José Carracao, mi amigo Pepe Anita, que empezó como vecino de la casa de enfrente y lo recuperé como senador.
Texto extraido del Foro Niños/as de Villajovita (Diciembre de 2005)


Pensaba que no había modo de que la juventud resulte lo suficientemente larga; la vejez llega demasiado rápido, un día se mira uno al espejo y lo que ve es una máscara extraña, mientras se sigue siendo el mismo por dentro. Aunque creo que lo importante es creer que uno haya usado su tiempo de vida de forma satisfactoria. Sin ser ni Colón ni Ulises, haber viajado. Vencer en algunas oportunidades y ser derrotado en otras. En medio de tantas dificultades es muy importante sentirse libres, yo me siento libre; ya nadie me exige que diga cosas tremendamente inteligentes, puedo hasta tomarme el lujo de olvidarme del nombre de la gente aunque sean terriblemente importantes.

Y mientras tanto, observo como se mueve el mundo. Me pregunto si es el hombre el que llora por la tierra o si es ella la que ha empezado a llorar por él. Ahora creo que todos un poco, con cierta nostalgia recordamos pasajes de nuestras vidas, de nuestras lecturas (cientos, miles de tebeos).

Vamos a ponernos, creed que yo ya lo estoy, de parte de las cosas vivas, de todo lo que trabaja para la vida. Me identifico con el verdor y la añoranza, con la escarcha y las piedras, con los animales, con la esperanza, con la fantasía, con todo lo que no somos, pero que nos hace posible.

Si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.
la vida esta hecha sólo de momentos, no nos perdamos el ahora. Sólo tengo 55 años, no creáis que me estoy muriendo. Algunos, muy queridos de nosotros, no han tenido nuestra suerte de tener la vida suficientemente larga para ejecutar cosas que les habría encantado, nosotros lo podemos hacer si la empleamos bien.

Reflexionad sobre esto: "Todo acto necesita una causa próxima, eficiente y no final, y el deso como lo indicaba Aristóteles,es la única potencia motriz". Por eso desgraciado el o la amante que no desea más que el orgasmo, y no el amor; o el militante que no desea más que la victoria, y no el combate.

Un ruego: No me toméis por chalado. Nunca estuve más cuerdo. La sabiduría no es ni amnesia ni abulia. Dejar de esperar, o esperar menos, no significa dejar de acordarse, ni renunciar a imaginar o a querer.

Un beso muy fuerte

José Carracao: Senador


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